Por Valentín Varillas
Anote a Liliana Ortiz como una de las favoritas para competir por el PAN, ya sea por la alcaldía de Puebla o bien por la gubernatura del estado.
Depende de cómo se alineen los astros.
No es futurismo estéril; se trata de la parte esencial de la estrategia electoral que ya empezaron a diseñar los dueños de la franquicia.
Aunque en términos estrictos de lo que marca el calendario las próximas elecciones parecen lejanas, en la lógica de la vida interna de los partidos se trata de un trabajo permanente.
El plan A del grupo hegemónico que controla a la derecha poblana es sin duda Adán Domínguez.
Todavía.
Con todo y el golpeteo mediático y político desatado a partir del escándalo por el mal manejo de las finanzas públicas municipales, él sigue siendo el favorito para llegar a la dirigencia estatal del blanquiazul.
De ahí la urgencia de llevar a cabo de inmediato un intento de control de daños que minimizara las potenciales consecuencias en términos de imagen y prestigio.
Porque las cartas que pudieran entrar al relevo del todavía alcalde – Marcos Castro o Felipe Velázquez- aunque de absoluta fidelidad y pertenencia al panismo ortodoxo, no son las que originalmente quiere en el cargo Eduardo Rivera.
Sí, el auténtico mandamás del PAN y sus organizaciones fachada.
Y en función de él y de nadie más, se pretende dar forma a la renovación de liderazgos y los procesos de selección de candidatos para lo que viene.
De ahí su inmediata integración a la planilla de Jorge Romero.
Desde el cargo que seguramente ocupará en el próximo CEN del PAN, Lalo pretende controlar todo lo que se refiere a Puebla.
Y Liliana Ortiz es el proyecto.
Que no le quepa la menor duda.
La actual diputada federal ha puesto en marcha una estrategia de intenso posicionamiento en redes sociales.
Este se basa en masificar videos en donde aparece fijando una postura sobre los grandes temas nacionales.
La reforma al poder judicial federal, por ejemplo.
Sus comentarios tuvieron una importante caja de resonancia en influencers anti-sistema, que cuentan con millones de seguidores.
Se intenta posicionarla fuerte a como dé lugar, conscientes de que es muy probable que los cargos más importantes en la política y el servicio público poblanos queden reservados para mujeres.
Aquí se le conoce de sobra, después de haber jalado los reflectores mediáticos que suponen dos administraciones al frente de la política asistencial de la capital y esto le da una ventaja competitiva muy importante con respecto a sus potenciales adversarias.
Veremos mucho más protagonismo de su parte.
Aquí y allá.
Los grupos antagónicos al interior del PAN lo saben de sobra y de ahí las reacciones furibundas en contra de los malos manejos financieros del gobierno municipal saliente.
Se subieron al golpeteo todos los incómodos.
Y de qué forma.
Le han dado con todo a Domínguez, pero el verdadero destinatario de los madrazos es Rivera Pérez.
Están conscientes de todo lo que está en juego con los proceso internos que están ya a la vuelta de la esquina.
Si nuevamente los dejan marginados del reparto de posiciones verdaderamente importantes en el partido, tienen ante sí, otra vez, varios años en donde tendrán que conformarse con las auténticas migajas que les arrojen.
Porque, a pesar del enormes ridículo que protagonizaron recientemente en las urnas, los perdedores llevan todas las de ganar en ese surrealista microcosmos que se llama Acción Nacional.
Por eso les va como les va.
De locos.
