Por Alejandro Mondragón
El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina resolvió, por convicción propia, poner fin a que el mandatario en turno usaba la justicia para perseguir críticos.
Los hechos confirman que buena parte de personajes encarcelados por la gestión, también morenista, de Luis Miguel Barbosa, salieron de prisión. La excepción de la regla, Felipe Patjane, exalcalde de Tehuacán.
Salomón ha dicho que se respete el debido proceso y si éste indica que hay que sancionar a cualquiera, se aplique la Ley, de lo contrario no se va a llevar el señalamiento de haber actuado con injusticia.
Mariano Piña Olaya exiliaba a sus opositores; Manuel Bartlett los perseguía implacablemente; Melquiades Morales también lo hizo con el Concho Colotla y el proyecto Milenium; Mario Marín ahora paga en la cárcel las acciones contra la periodista Lydia Cacho.
Rafael Moreno Valle encierro, exilio y entierro fueron sus 3 E para sus críticos y opositores. Miguel Barbosa metió a prisión y mandó a esconderse a buena parte de la clase política del pasado reciente.
Sergio Salomón no fue por esa ruta. Hay casos hoy que lo demuestran.
Con el dirigente municipal del PAN, Jesús Zaldivar se aplicó el debido proceso. Se le halló responsable de malversación. Se le inhabilitó por 15 años para ejercer cargos públicos y debe devolver más de 30 millones de pesos.
Y si ocurre lo contrario, entonces irá a la cárcel. Las pruebas del delito son las que lo condenan.
El gobernador si no sudó calenturas políticas del pasado, menos sudarán las del futuro. Que cada quién asuma su responsabilidad.
No más, no menos.
Que cada quién se desayune su tocino. Él anda en dieta.
