Por Alejandro Mondragón
La narrativa opositora de reclamar la anulación de la elección, en espera de obtener lo que no ganará en las urnas, se estrelló con tres plazos fatales en el ámbito legal.
1.- La vinculación a proceso de su candidata suplente a la plurinominal, Tania Trejo por delitos que van desde el intento de homicidio hasta narcomenudeo.
2.- La revocación de amparo a su candidato a legislador local, José Juan Espinosa, lo que reactiva la orden de aprehensión en su contra, acusado por corrupción en su paso como alcalde de San Pedro Cholula.
3.- El rechazo al amparo solicitado por el líder municipal panista, Jesús Zaldívar, quien ahora se refugia en los tuits de su dirigente nacional, Marko Cortés, pero de ahí no pasarán.
Tres hechos que pondrán tras la pared a Eduardo Rivera Pérez, candidato de la alianza “Mejor Rumbo para Puebla” en el debate dominical con Alejandro Armenta Mier, abanderado de la coalición Sigamos Haciendo Historia; y Fernando Morales de Movimiento Ciudadano.
Cómo convencer al poblano que hay una elección de Estado cuando candidatas/os y dirigentes de los partidos que lo apoyan están hasta el cuello de delitos cometidos.
Los plantones de protesta en Casa Aguayo, donde despacha el secretario de Gobernación, Javier Aquino Limón, los retrata de cuerpo entero.
Están indignados, enojados, pero tampoco para ir a jalarle los huevos al tigre en el CIS, donde despacha.
Tontos no son, sólo revoltosos. La oposición creyó que su narrativa de violencia sería el tema de la campaña.
Peeero hoy opositores y morenistas se han dado cuenta al poblano, promedio, le vale madre no sólo ese tema, sino las campañas electorales.
A las pruebas me remito.
Pregúntele al primero que se encuentre.