Por Valentín Varillas
“Lo que sobra en esta campaña es baro”- repite obsesivamente el coordinador de facto de la campaña de Mario Riestra: su hermano Rodrigo, a los miembros del equipo de trabajo del panista, a militantes y simpatizantes del blanquiazul.
Por él, pasa todo, absolutamente todo lo que tiene que ver con el dinero.
Y parece que existe parque, para dar y repartir.
El origen de semejante cantidad de recursos, podría ser aquella SEP de la administración de José Antonio Gali.
Sí, la que en su organigrama estaba llena de sus incondicionales.
Desde la propia cabeza, hasta los puestos más importantes en la operación y el manejo de los recursos.
Ahí, se dieron todo tipo de irregularidades.
Desde los infaltables “aviadores”, hasta la asignación de contratos a empresas fantasma, pasando por la falta de materialidad que justificara la entrega de dinero a supuestos proveedores.
Algunas de estas irregularidades fueron inclusive detectadas en su momento por los órganos de control interno, tanto a nivel estatal, como federal.
Una en particular llamó la atención.
Se trata de la entrega de recursos federales de más de 32 millones de pesos de entregados a la dependencia, que no fueron acreditados ni con entregas de materiales, ni con los servicios presuntamente otorgados.
Los movimientos, se acuerdo con el soporte documental, se habrían llevado a cabo a través de los Organismos Públicos Descentralizados (OPD), cuyos titulares no reportaron haber recibido ningún dinero de la Federación.
Es decir, se gastaron, en completa opacidad y para fines desconocidos.
Para ello, se utilizaron el Instituto de Educación Digital del Estado de Puebla (IEDEP) como pantalla.
Para salvar las auditorías locales, se presentaron convenios de colaboración SEP-IEDEP-Proveedor para el ejercicio de estos 32 millones, entre los años 2014, 2015 y 2016, de cuya aplicación de programas no existe físicamente ningún “entregable”.
Los productos y servicios pactados jamás se proveyeron y aparecen sólo en los convenios.
Nada más.
Y lo peor: los proveedores que figuran en la lista en poder de quien esto escribe, no cuentan con actas constitutivas, las empresas fueron creadas prácticamente en las mismas fechas en las que recibieron los contratos y con el claro propósito de desaparecer el dinero y no de ejecutar programa alguno.
Así, como esto, hay mucho.
Esta logística se aplicó a rajatabla por cerca de dos años.
El objetivo: construir un capital lo suficientemente robusto para financiar un proyecto político.
Llegó la hora y tiene razón Rodrigo: aquí, sí hay dinero hasta para aventar.
Haya venido de donde haya venido.
Eso, para ellos, es lo de menos.
