Por Alejandro Mondragón
Una de las lecturas obligadas que arrojó la elección de Alejandro Armenta, como coordinador de la Cuarta Transformación en Puebla, es el papel de quién quedó como el heredero del barbosismo.
¿A quién va culpar Julio Huerta de obtener el 4 lugar en la encuesta por abajo del propio senador, Ignacio Mier y la excaldesa?
Tantos espectaculares, movilizaciones de estructuras y, sobre todo, ser el coordinador de la campaña en Puebla de Claudia Sheinbaum.
Para nada.
Tres, sin duda, tres fueron los momentos que perdió Huerta en la búsqueda de lo que no se le dio.
Vale la pena enumerarlos.
COMIDA 100 DIAS DE DOBLE SS
Al cumplirse los primeros cien días del gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, en un salón de fiestas que hoy resultó premonitorio: El Recuerdo, Julio Huerta fue presentado ante la sociedad.
El gobernador se encargó personalmente de pasar a cada mesa del brazo del entonces secretario de Gobernación. Todos sus amigos y aliados, de Salomón, estaban ahí y se los puso. Por lo visto, desaprovechó la relación y a nadie buscó.
CASO SANDRA IZCOA
En junio de este año, una noticia hizo arder las redes sociales. La exvocera de Martha Érika Alonso (q.e.p.d) se integraría a la Secretaría de Gobernación como vocera de Julio Huerta. La propia dependencia confirmó su llegada, pero una llamada telefónica de la viudad Doña Rosario Orozco al sobrino barbosista bastó para exigirle que ni se atreviera a nombrarla.
Al día siguiente, en Zacatlán, Huerta se deslindó por completo de Sandra para evitar el enojo de la señora. Eso sí, meses después integró a su campaña a Izcoa, pero el daño ya estaba hecho. Demasiado tarde.
DESPEDIDA DE GOBERNACIÓN
Claudia Sheinbaum se había separado del cargo como jefa de Gobierno de la Ciudad de México para buscar la coordinación de la 4T. Eso puso a Huerta en el inevitable camino de dejar Gobernación para irse de coordinador estatal, en espera de ser ungido él en Puebla.
Ooootra vez, generoso, doble SS envió a la estructura morenista, gabinete, legisladores locales y alcaldes para cobijarlo. Todo iba bien, en el recinto ferial, hasta que la invitada principal fue la viuda de Barbosa.
Tres oportunidades perdidas que pudieron marcar una diferencia, pero su encapsulamiento para no acercarse a aliados reales que dejó de ofrecer por su muerte Barbosa, pero quien hoy ejercía el liderazgo político se las brindaba, sin cortapisas, lo puso en su lugar, el 4 sitio de la encuesta.
Tuvo todo por ser, pero le faltaron dos cosas: lealtad y humildad.