El Santa Ana del siglo XXI y sus corifeos nos mienten, sin importarles que los efectos de sus mentiras hagan que este País se desgaje y en un futuro no muy lejano percibamos sus consecuencias. Lo importante es evitar que esas mentiras se traduzcan en los hechos y se concreten. Quitémosles la sábana a estos fantasmas del poder, preocupémonos un poco por el futuro de nuestros hijos y en general de nuestra descendencia, toda.