Por Alejandro Mondragón
En el argot político “ponerlo a correr” tiene el significado de medir a un personaje en las encuestas para saber su potencial electoral.
Eso hizo el entonces gobernador Luis Miguel Barbosa con personajes muy cercanos: Gabriel Biestro y José Antonio Martínez.
“No les alcanza” fue el resultado de las evaluaciones.
Biestro y Martínez, ahora se han auto destapado para el 2024, a cinco meses de la definición de la carta para la gubernatura por Puebla.
Otros personajes también fueron medidos por el finado mandatario: Sergio Salomón Céspedes, entonces líder del Congreso; Olivia Salomón, secretaria de Economía; y Melitón Lozano, titular de la SEP.
De los tres, el más aventajado, con capital político, resultó ser Sergio Salomón para convertirse en el favorito del grupo gobernante, a fin de enfrentar a Los Primos.
Peeeeero aquel fatídico martes 13 de diciembre del 2022,con la muerte de Luis Miguel Barbosa, cambió toda la ecuación.
El más aventajado, Sergio Salomón se convirtió en el sucesor del finado mandatario.
Y Julio Huerta, primo del exgobernador, apareció como la carta del barbosismo para concentrar la estructura que ahora disfrazada de apoyo a Claudia Sheinbaum, pretende usarla a su favor.
En política, el tiempo y lugar juegan un papel clave. Huerta irrumpió en febrero del 2023 como una opción de grupo, frente al activísimo de años de Los Primos.
Como dice la canción: Le hizo falta tiempo.
Desde Gobernación, lugar, posicionó su nombre por los reflectores; sin embargo, las reglas de piso parejo -en la elección presidencial- lo obligaron a renunciar para apoyar desde fuera a Sheinbaum.
El punto es que ahora el barbosismo, que con Luis Miguel tenía una carta: Sergio Salomón- ahora cuenta con tres: Julio Huerta, Olivia Salomón y José Antonio Martínez.
Así, ¿cómo?
