Por Alejandro Mondragón
Decía el entonces gobernador Rafael Moreno Valle que lo único que no podía controlar era a la naturaleza.
El antecedente eran las explosiones en el Popo, las inundaciones y sismos que habían padecido anteriores sexenios.
Más allá de la soberbia que conllevó la declaración, lo cierto es que todo está a expensas de lo que la naturaleza disponga.
La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tampoco pudo y tuvo que cancelar su visita del sábado 27 de mayo a Puebla.
Resultaba imposible ese proselitismo por la emergencia no sólo en el incremento de la actividad volcánica, sino en la constante caída de ceniza que ha llevado a las autoridades a suspender clases presenciales en todos los niveles de enseñanza en 40 municipios, prohibir actividades al aire libre o realizar concentraciones que pongan en riesgo la salud de los poblanos y poblanas.
El ánimo social está muy cenizo para que, en plena crisis por el volcán, los aspirantes de cualquier tipo anden en campaña.
Es la segunda ocasión que queda, en stand by, la toma de posesión de Julio Huerta, secretario de Gobernación, como coordinador de la campaña de Sheinbaum en Puebla. ¿Habrá una tercera?
La primera se anunció para el 11 de mayo y la segunda para este 27 de mayo.
El Popo no dio tregua para la visita de Sheinbaum.
Este 27 de mayo, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México arrancaría con un desayuno con los socios del Club de Empresarios en el Fiesta Americana de Angelópolis; acudiría a una reunión de estructuras en el recinto ferial, tomaría posesión a Huerta como su coordinador y sostendría un encuentro privado con el gobernador Sergio Céspedes Peregrina.
Privó la sensatez, pero sobre todo, gracias al Popo, sigue la creencia de piso parejo en Puebla.
