22-11-2024 06:27:09 PM

Operación fallida

Por Alejandro Mondragón

 

Una operación fallida del FBI se enmarca en el análisis que expertos en inteligencia tienen sobre el secuestro de 4 estadounidenses, dos ellos ejecutados por el Cártel del Golfo.

 

Ya en el pasado reciente, una acción mal hecha por esta agencia norteamericana: errores tácticos y filtraciones entre ellos generaron masacres de los Zetas en Allende, Coahuila, en 2011.

 

Los hechos ocurren en pleno debate en Estados Unidos de parte de legisladores republicanos para declarar como terroristas a los cárteles de las drogas y proceder a la militarización de la frontera.

 

Ocurrieron dos condiciones para detonar el escándalo: tiempo y espacio. ¿Deliberadamente enviaron al matadero a sus presuntos agentes?

 

La CIA, FBI, NSA, DEA operan en México desde hace décadas. Los perfiles más utilizados de cobertura son maestros universitarios, investigadores de posgrado y, en menor medida, agregados en embajada.

 

Mayormente son gente de raza muy blanca y latinos.

 

Los primeros, en un país como México donde la población no ve con recelo a un “güero” no pasa desapercibido, pero tampoco generan sospecha.

Los latinos, se mezclan de forma natural sin problema, su apariencia no genera duda alguna. Éstos son más utilizados para el tema de narcotráfico.

 

Ambos tipos de agentes tienen contacto con el aparato de inteligencia mexicano según los intereses de los americanos: se les nutre con información local, pero casi nunca los hacen participar de forma conjunta.

 

Así que un agente de FBI, de raza negra que va a Tamaulipas a un tema de operación estética cuando en EUA existen especialistas en dicha área, suena ilógico, a decir de los expertos.

 

Alguien tan visible no paso desapercibido para los “halcones” de los cárteles, quiénes cuentan con auténticos equipos (humanos y tecnológicos) de inteligencia.

 

Hay que recordar que en Reynosa y Nuevo Laredo se desmantelaron burdeles controlados por los Zetas dónde existían cuartos con cámaras y micrófonos. 

 

A dichos congales lo mismo iban narcos que autoridades estatales y federales mexicanas de alto nivel.

 

El tema reviste importancia porque un segmento cada más amplio de las esferas de poder en Estados Unidos presionan al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para cederles espacios.

 

El pretexto está más que claro: la guerra contra el fentanilo que se convirtió en la Unión Americana en un tema de seguridad nacional.

 

Y hechos como el ocurrido en Matamoros sirven para argumentar que México es un peligro para Estados Unidos.

 

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