Por Alejandro Mondragón
Un publicitado desayuno de “liderazgos empresariales de Puebla” con el senador Alejandro Armenta Mier acabó en la opacidad.
¿Quién se avergonzó primero?
¿El aspirante Armenta con quiénes se reunió?
¿O los “liderazgos empresariales de Puebla” con su gallo para el 2024?
Este tipo de reuniones suelen difundirse para mostrar músculo y definirse políticamente.
Peeeeero algo ocurrió que ninguno de los participantes presumió el encuentro del pasado lunes, convocado por el impresentable restaurantero Carlos Azomoza.
No más de 15 personas, la mayoría amigos del líder de la Canirac: Antonio Prosperi de Canaco; Manolo Domínguez de Hoteles y Moteles; Ignacio Alarcón del CCE, aunque no se cansó de decir que iba como restaurantero; José Juan Ayala del Consejo del Centro Histórico.
Fue de tan bajo perfil que hasta la Coparmex envió un representante.
Aunque se dijo que la reunión fue para abordar el tema de la Ley Antitabaco, lo cierto es que no faltó la mala leche contra el exgobernador Luis Miguel Barbosa y el mandatario Sergio Salomón Céspedes.
Este grupo, al que hay que agregar a la primera dama de la Canirac, Olga Méndez; y a la chismosa de Andrés de la Luz, han navegado como veletas en el poder.
Desde su morenovallismo hasta apoyar a la exalcaldesa Claudia Rivera para luego declararse barbosistas de la mano de la exsecretaria de Gobernación, Ana Lucía Hill, quien no pudo tapar más sus ambiciones de usar el erario para financiar sus proyectos.
Fueron vetados por el gobierno barbosista, lo que los llevó, del brazo del secretario de Turismo, Alejandro Cañedo, a la gestión de Eduardo Rivera del PAN.
Esos son los “liderazgos empresariales” de Armenta, quien sorprende haya asistido al encuentro sabedor que algunos de los asistentes son investigados por lavado de dinero.