Por Alejandro Mondragón
¿Cómo diablos los suspirantes opositores pretenden competir para la gubernatura en 2024, sin salir de sus selfies y redes sociales?
Francisco Fraile García, Javier Lozano Alarcón y Genoveva Huerta apenas se destaparon y se volvieron a tapar en las sábanas de la comodidad.
Eso sí, siempre prestos a descalificar al alcalde Eduardo Rivera Pérez, a quien grillan porque no rompe con el gobernador Luis Miguel Barbosa y tampoco censura lo que hace la 4T.
Por la naturaleza de su cargo, Rivera Pérez anda todos los días en giras de trabajo, reuniones con vecinos, revisa acciones de gobierno, lo que lo sitúa con la carta más fuerte opositora.
El alcalde no ha dicho que competirá en 2024 como abanderado de oposición, pero sus adversarios internos ya lo subieron, pero para dejarlo a merced del golpeteo político.
En tanto, los destapados del PAN se protegen en sus redes para que en el descarrilamiento de Rivera -por el ejercicio de poder- ellos se suban al tren tan campantes, sin ensuciarse los zapatos.
Ese es el nivel de la oposición que hemos señalado en este espacio en varias ocasiones: sin línea discursiva, agenda mediática, política y social.
La comodidad de descalificar a quien trabaja en su cargo, como el edil Rivera, mientras los aspirantes critican, censuran y acusan que debería romper con Barbosa para que ellos y ellas aparezcan como los buenos… pero para nada.
Y del PRI y el PRD en Puebla, junto a Movimiento Ciudadano, mejor nos ahorramos líneas en esta columna.
Es lo que hay.