23-11-2024 02:30:18 AM

Reprobada IV

“Eso es, Claudia, apriete así ese culo tan rico, ya casi.” Gruñó Héctor detrás de mí, manteniéndome completamente inmovilizada mientras me empalaba, en un ritual de lo más animal y primitivo, y en respuesta yo me retorcía como serpiente debajo de el, al mismo ritmo con el que su instrumento me golpeaba las tripas, estremeciéndome cada vez que sus bolas rebotaban contra mi clítoris, hasta que finalmente…

“¡Ahhhhhh!” Abrí la boca y me puse increíblemente tensa, con todo mi cuerpo ardiendo en medio del más absoluto éxtasis orgásmico, y solo pude apretar los puños y jadear desvergonzadamente, como una puta, y

justo en ese momento Héctor apretó violentamente sus caderas contra mis nalgas, y pude sentir como su miembro se ensanchaba y comenzaba a escupir violentos chorros de leche caliente dentro de mi ano. “Grrr, ufff, a-asi Claudia, apriete su culo así, grrrr.”

Simplemente, era demasiado placer.

Cerré los ojos y me dejé llevar por el más exquisito trance sexual, gimiendo suavemente sin poder pensar en nada más que en el goce que esa verga me había brindado, con Héctor firmemente en mi interior y acariciando mi espalda y rostro suavemente con sus dedos, hasta que después de lo que pareció una eternidad finalmente su pene salió lentamente de mi cuerpo, llevándose consigo un tierno suspiro mío.

“Me parece que ha aprobado con honores esta clase, “señorita” Claudia.”

Sonreí débilmente, sintiendo un delicioso ardor en mi culo, pechos, labios y hasta en el estomago, y con todo mi cuerpo cubierto de ardiente sudor mientras mi largo cabello negro se me pegaba a la cara de la forma mas incómoda posible. Entonces apoyé mis manos en el escritorio e intenté levantarme, pero al intentar dar un paso las piernas me fallaron y Héctor tuvo que agarrarme.

“¡Cuidado!” Me dijo con una sonrisa.

Me mordí los labios y los colores se me volvieron a ir al rostro, ya que la culeada que me acababan de poner había ido tan intensa que hasta me sentía débil, y una vez que mi Profesor me soltó me agaché para recoger mi ropa desparramada por el piso y comencé a ponérmela de nuevo, aunque después de buscar un rato vi que mis panties no aparecían por ningún lado?

“¿Busca esto?” Dijo Héctor con un gesto de travesura, mostrándome mi delicada prenda entre sus dedos. Pero cuando intenté tomarla el la alejó de mi y la llevó a su rostro, inhalando profundamente su aroma mientras me veía fijamente, y entonces la metió en la bolsa de su pantalón. “Considérelo como un recuerdo, Claudia, el primero de muchos.”

Me sonrojé ligeramente, señal de que mi habitual timidez estaba regresando, y sin poder mirarlo a los ojos respondí: “S-si Profesor.”

Héctor sonrió ligeramente al ver mi reacción y fue a sentarse de nuevo en su escritorio, tomando unos papeles en su mano para continuar sus tareas pendientes, pero antes de hacer nada me dijo: “Claudia, acaba usted de pasar el curso, pero aún así su desempeño escolar tiene que mejorar muchísimo, por lo que todos los días después de la clase tendremos una sesión de regularización, ¿Entendido?”

“Si Profesor.” Asentí con un gesto infantil.

“E incluso, serán necesarias clases nocturnas.”

“Seguramente son necesarias para mi educación. -Respondí con coquetería, sorprendida por mi inusual “descaro -Entonces Profesor, lo veré mañana, ¿Ok?”

“Adelante.”

Asentí con ternura y salí del salón, sonriendo mientras repasaba en mi mente lo que acababa de suceder, las sensaciones físicas que aún derretían mi cuerpo, y cada perversa palabra que Héctor me había dicho.

? Y lo que faltaba aún.

Sin duda, pensé con una sonrisa, este semestre será deliciosamente largo.

 

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