Por Valentín Varillas
Seguramente, muchos habitantes del municipio de Tepeaca estarán contentos de que uno de los suyos vaya a competir por la candidatura de Morena al gobierno estatal.
Tomando en cuenta los resultados de los más recientes procesos electorales en ese lugar, no es apresurado concluir que son una mayoría.
Sin embargo, nunca faltan los resentidos.
Es normal dejarlos como saldo cuando su destino político es muy diferente del de aquel a que envidian.
David Huerta debe de haber tragado espeso, cuando Sergio Salomón declaró abiertamente su deseo de participar en la elección del 2024, tirándole “a la grande”.
Y es que, no puedo pensar en paisanos con caminos y derroteros tan distintos en lo que al servicio público se refiere.
Huerta es repudiado por los tepeaquenses.
No dejó un buen recuerdo entre sus gobernados.
Al contrario.
La denuncia presentada en su contra por la Auditoría Superior del Estado, en donde es señalado por desviar 10.7 millones de pesos durante su gestión, ahí está : vivita y coleando.
Utilizó 11 empresas para simular operaciones.
Aunque gracias a los amarres que en su momento hizo con Francisco Romero Serrano, por un buen rato ha dormido el sueño de los justos.
El proceso legal resucitará, no tarda; y será considerado como de altísima prioridad por la nueva auditora, Amanda Gómez, quien investiga a profundidad qué alcaldes compraron impunidad entregando pequeñas fortunas al ex titular de la ASE, hoy en la cárcel.
Huerta es uno de los principales señalados
Así que, van a ir con todo.
Existen elementos de sobra que comprueban, al margen de cualquier ambigüedad, cómo en su gestión se saqueó sin el menor pudor el erario del municipio.
No es un caso especial, no se confunda.
Comparte destino con muchos otros ex – ediles que también tendrán que enfrentar la acción de la justicia.
Vaya escenario.
Sin embargo, la realidad de David Huerta estuvo a punto de ser muy distinta.
Vamos, completamente opuesta.
Pero acabó siendo uno más de los miles de damnificados por aquel accidente en donde murieron Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso.
Como delegado estatal del programa federal Prospera, aprovechó su cargo para favorecer en el 2018 a la candidata panista.
Manejado por Juan Carlos Lastiri, quien al final intentó colgarse la medalla de la operación electoral y de recursos de esta instancia ante Rafael Moreno Valle, Huerta utilizó para fines políticos la entrega de apoyos a 40 mil beneficiarios de Prospera.
Padrones amañados para que el dinero fuera a parar a la estrategia obtención de votos a favor del morenovallismo, en lugar de que llegara realmente a los auténticos necesitados.
Y estas historias no se olvidan.
Quedan grabadas para siempre en el anecdotario político poblano, para bien o para mal.
Con una cola enorme de corrupción detrás y con un grupo político hegemónico adverso enfrente, densos y muy oscuros nubarrones se ven en el futuro inmediato del señor Huerta Ruiz.
Por eso y muchas cosas más, su enojo y frustración son entendibles.
Y se van a poner mucho peor.
