Por Valentín Varillas
Más de mil 700 millones de pesos invertirá en Huejotzingo, uno de los grupos refresqueros más grandes del país: PepsiCo.
Aunque para algunos se trate de un auténtico trago amargo, la generación de más de 300 empleos que traerá la operación de este centro logístico y de distribución, no pueden ser sino buenas noticias para el estado.
Más en estos tiempos.
La pandemia dejó saldos terribles en materia de pérdida de empleos en todas las entidades federativas.
Puebla no fue la excepción.
Más de 31 mil formales, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social.
El reto será recuperarlos en el menor tiempo posible, en un entorno mundial francamente complicado.
De ahí la importancia de generar la confianza necesaria para la atracción de inversión productiva.
La real, la que genera trabajo, paga impuestos y detona un círculo virtuoso en materia económica.
La responsabilidad es compartida.
Hay quienes creen erróneamente que son los gobiernos los que tienen la responsabilidad de generar los empleos y no, eso le toca a los empresarios.
Al sector público le toca construir el andamiaje institucional sólido que los convenza de que tal o cual entidad es la apuesta más segura y potencialmente más rentable para su inversión.
En el primer semestre de este 2021, la tasa de desempleo en Puebla alcanzó el 4%.
Esta semana, los principales directivos de otra gran empresa mexicana, Cooperativa la Cruz Azul, se reunieron con el gobernador Barbosa para analizar la posibilidad de llevar a cabo una serie de proyectos de alcance social y deportivo.
Gente de la cooperativa, en corto ha manejado que analizan muy seriamente la posibilidad de que en Puebla se construya el nuevo estadio de futbol del equipo Cruz azul, lo que representaría una importante inversión para el estado y un potencial polo de atracción para visitantes de la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Morelos y otras zonas del país en donde la famosa “Máquina” tiene una importante cantidad de aficionados.
Ojalá se logre.
Falta mucho, muchísimo por hacer para estar como estábamos antes de la pandemia.
Pero el anuncio de inversiones y acuerdos como los anteriores, de la mano de la apertura total de los distintos sectores productivos en la entidad, nos permiten al menos ser optimistas en términos de lo que podríamos esperar en materia económica para el 2022.
Por más agoreros del desastre que le apuestan al fracaso de Puebla, simplemente porque en los hechos, han perdido ya el monopolio de la intermediación, el trato y los acuerdos con empresas y organizaciones interesadas en invertir en el estado.
