Por Alejandro Mondragón
Los acuerdos políticos con la oposición, en la era morenovallista eran muy “especiales”.
El entonces gobernador Rafael Moreno Valle, una vez alcanzado su propósito de sentarse con sus adversarios políticos aplicaba tres fórmulas.
La primera era la de la perinola: cuando lanzaba siempre le tocaba “toma todo” y sus opositores cargaban con el “pierde todo”. Él se encargaba personalmente del tema.
La segunda era su favorita: por las buenas, bien; por las malas, mejor. Aquí empleaba los oficios de Luis Maldonado Venegas.
Y la tercera ya escalaba la fórmula de las “E”: encierro o exilio. Para ello enviaba a su operador Eukid Castañón.
¿Qué opositor no enfrentó alguno de los casos o quizá vivió las tres etapas, durante la época morenovallista?
La mayoría de quienes ahora se encuentran en la oposición y en el poder morenista. No había más que la voluntad del señor.
Una vez que el morenovallismo sometía a sus opositores, entonces los más dóciles recibían el maná del negocio y gozaban del paraíso de la protección política.
Peeeero quienes se rehusaban solían acabar encajuelados o perseguidos por la Ley morenovallista.
Ahora que la oposición comenzó a establecer comunicación con el gobierno de Luis Miguel Barbosa no estaría de más que recordaran la forma en las que se les trató y hostigó.
A partir de octubre se verá una forma muuuuy diferente de hacer política con la oposición, pues los tiempos de despertarse con denuncias de todo tipo o espionaje ya se acabaron.
Es cuestión de tiempo, no se desesperen.
