A un mes del levantamiento de la encuesta del Buró de Estrategias y Análisis del Poder, encabezada por Rodolfo Rivera Pacheco, que arrojó un empate técnico entre Javier López Zavala, Enrique Doger y Rafael Moreno Valle, vale la pena preguntar quién de estos personajes asimiló los resultados y se puso a trabajar.
Está claro que en Acción Nacional, Moreno Valle continúa en lo suyo. Su informe de labores le ofreció unos cuantos puntos (como se revela en algunas encuestas como la de Mitofsky e Intolerancia), pues sigue como la carta azul más viable para la gubernatura.
Por lo que toca al PRI, sin duda que López Zavala se puso las pilas. Los sondeos de Parametría, Mitofsky, Mendoza y Asociados –próxima publicación- e Intolerancia muestra que la brecha entre él y su principal competidor en el PRI: Enrique Doger se amplió.
Los márgenes los mantienen dos a uno a favor del secretario de Desarrollo Social, lo que sin duda representará para López Zavala llegar al Consejo Político Estatal del PRI en una posición inmejorable de gran favorito para que sus seguidores presionen por la vía del candidato de unidad.
Lo sorprendente del caso es Enrique Doger. ¿Qué le pasó al doctor?, preguntan quienes vieron cómo después del famoso “empate técnico”, el ex alcalde de Puebla se alejó de los reflectores.
No se le vio hasta la semana pasada que empezó en entrevistas con medios de comunicación y algunas declaraciones de prensa.
Entre la difusión de la encuesta del BEAP y su reaparición de la próxima ¿qué pasó con Doger?
La respuesta la puede hallar en la aprobación de su cuenta pública y un paulatino desinfle en las evaluaciones hechas por firmas encuestadoras.
Está claro que los resultados de Demotecnia que sin duda capitalizó mediáticamente sirvieron para negociar de entrada sus cuentas, pero el problema hoy es que las nuevas encuestas lo dejan en una posición en desventaja frente a López Zavala, quien hoy ya le arrebató la agenda mediática.
Doger se convirtió en lo que siempre rechazó políticamente: ser reactivo a los acontecimientos.
El problema es mayúsculo para su causa porque no se observa el antídoto para el Consejo Político.
¿Será el boicot la salida?
Es pregunta.
Ya saben.
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