21-11-2024 09:08:50 PM

Los poblanos y la pandemia

Por Rodolfo Rivera

            Estamos cumpliendo en Puebla (y en general en todo el país) ya tres meses de cuarentena obligada por la pandemia del COVID19. Recuerdo que en la segunda quincena de marzo, las Universidades empezaron a suspender clases presenciales y unos días después la S.E.P. determinó que los niños de niveles básico y medio tampoco debían ir a las escuelas.

En este lapso hemos escuchado y presenciado todo: Desde que el “pico de la pandemia” o “la cresta de la curva de contagios” sería en mayo, pasando por todos los Decretos que ha promulgado el Gobernador Miguel Barbosa, para implementar medidas que contribuyeran a la prevención y no proliferación de contagios masivos.

Es cierto, los comunicados federales han sido contradictorios y a veces ilógicos. Decir que habíamos alcanzado a “aplanar” la curva de contagios por parte del Gobierno federal, provocó que una gran cantidad de personas entendiera que esto ya se estaba acabando y no dejaron de salir a hacer actividades fuera de sus casas.

Los dichos federales se han enfrentado con la realidad que percibe el Gobierno estatal y sus colaboradores del área de la Salud. En Puebla nunca hemos estado en situación de control de la epidemia y la curva de contagios no para de aumentar cada día. Hoy estamos al borde de los 5,500 contagios acumulados y ya estamos cerca de los 800 muertos por COVID19.

Y seguramente son más, entendiendo que nunca sabremos el número exacto de contagios porque en México no se aplican suficientes pruebas y tampoco sabremos el número de muertos real, porque mucha gente fallece y no se registra como víctima de COVID19.

Pero volviendo al tema, Puebla está en situación crítica y es cosa de unas semanas más (¿días?) para que los Hospitales para atender a pacientes COVID sean insuficientes. Ahí veremos el tamaño real de la emergencia sanitaria. Cuando ya no se puedan atender a pacientes enfermos y empiecen a morir en sus casas o… en las calles.

Ese es el momento real. No vemos aún el “pico” de la epidemia. Seguramente llegará, como en cualquier epidemia, pero aún NO se ve para cuándo.

¿Y los poblanos qué han hecho y qué seguimos haciendo en este momento crítico de la pandemia?

            Al principio hubo incredulidad casi generalizada. Veíamos lejos la crisis y unos cuantos contagios y fallecidos nos parecían normales. Seguimos saliendo y hacíamos nuestra vida casi normal y a veces nos poníamos el cubrebocas. Pero conforme han ido avanzando muertos y contagios, ha crecido directamente proporcional el número de poblanos que ahora ya creen que existe el COVID19.

Pero a tres meses de cuarentena más o menos llevada, hoy los poblanos simplemente ya no aguantan más. Un buen número pudo aguantar más o menos en casa la pandemia. Otros no podían y salieron a trabajar. Otros podían quedarse y aún así salieron. La pandemia se generalizó y hoy ya todos conocemos a alguien contagiado y sabemos de alguien muerto.

Y en momentos de crisis, la gente culpa al gobierno de todo lo que pasa. Pero no hay un solo Gobierno en el mundo que no haya sido cuestionado por el manejo de la crisis. “Nueva Zelanda pudo salir de la epidemia y hoy no tiene ningún contagio ni fallecido”. Sí, porque es una isla y simplemente se aislaron y tiene en total unos 4,886,000 habitantes (Puebla Estado tiene más).

Todos los gobiernos fueron duramente criticados por sus ciudadanos. De todas las filiaciones y partidos. Simplemente, ante una pandemia de estas dimensiones, los gobiernos poco pueden evitar la propagación y las muertes. Desde luego los países desarrollados tienen mejores posibilidades de afrontar una crisis así, mientras que los pobres o con mucha población, naturalmente tendrán más contagios y muertes (África que empezó con pocos contagios y muertes, hoy ya tiene elevadas de tasas letalidad).

En México un sector de la sociedad (los que NO votaron por él) hace responsable a Andrés Manuel López Obrador de un pésimo manejo de la crisis. Pero el cuestionamiento sería igual (o hasta peor) si gobernara otro personaje y otro partido (Ricardo Anaya, Antonio Meade, Felipe Calderón, Vicente Fox… ¿hubieran manejado mejor esta crisis?).

Ayer nuevamente salieron algunas decenas de ciudadanos en autos para protestar contra el gobierno de AMLO y exigirle que se vaya o que renuncie. En su mejor momento (cuando se juntaron dos caravanas que habían salido de lugares distintos) eran quizás unos 200 autos (yo personalmente vi una de ellas por el rumbo de Plaza Dorada y en su mejor momento conté poco más de 50 coches tocando el claxon).

Y está bien que haya libertad de expresión y tránsito en Puebla y el país, pero insisto: Se necesitan muchos millones más de ciudadanos que voten y hagan ganar a un candidato. No se tumban gobiernos con caravanas de 200 autos.

Y en Puebla, no pocos ciudadanos también reclaman al Gobierno de Miguel Barbosa el que estemos tan mal con la epidemia del COVID19.

Pero los mismos que al principio reclamaban que se necesitaban medidas “urgentes” para evitar los contagios y había que paralizar las actividades en Puebla (o sea los empresarios de Coparmex y otras Cámaras empresariales), son los que ahora exigen que ya se permita regresar a actividades y que la Volkswagen y AUDI deben regresar a labores por sus “compromisos internacionales”. O sea, al principio Barbosa estaba mal porque no implementaba medidas enérgicas, y ahora está mal porque decreta que VW y AUDI  no pueden regresar aún a actividades, bajo el riesgo de que haya muchos más contagios.

Los poblanos, pues, culpamos al Gobierno de la pandemia… pero queremos ya salir a trabajar (porque ya no aguantamos y porque se acabaron las reservas para estar confinados). Si hay más contagios y éstos se disparan al igual que las muertes, no habrá sido culpa del Gobierno, sino de nosotros en conjunto como sociedad. Unos están saliendo por necesidad pero otros muchos por… necedad.

Esta semana será crucial para ver si se detiene la epidemia y baja la curva de contagios en Puebla, o bien éstos aumentan ya exponencialmente en un ciclo sin fin y entonces tendremos que quedarnos en casa ahora sí por miedo. Los que sobrevivan.

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