Por Alejandro Mondragón
Al desplegado publicado contra la Ley de Educación de Puebla le faltó la bendición del arzobispo Víctor Sánchez.
La ausencia de colegios “religiosos” quedó de manifiesto como los abajo no firmantes. Hubo excepciones sí, pero la mayoría de los llamados planteles de “monjas” quedaron al margen.
Y máximo si se trata de colegios que formaron a la mayoría de quienes ahora impugnan la llamada #LeyBarbosa.
#ConLaEducaciónNo rematan el desplegado difundido esta semana para exigir una legislación acorde a sus intereses.
¿Dio línea el arzobispo para no sumarse o aprovecharon el pretexto de ser planteles federales, regidos por la legislación nacional, no local?
Lo cierto es que no firmaron:
El Colegio Esparza, de las Josefinas.
El Colegio Central, del Verbo Encarnado.
El Colegio América, de las Teresianas.
El Colegio Miguel Hidalgo, de las Guadalupanas.
El Instituto Oriente, de los Jesuitas.
El Instituto Iberia, de San Satanás.
El Instituto Benavente, la Universidad La Salle y sus colegios, de los hermanos Lasallistas
El Instituto Angelopolitano, de la Congregación del Oratorio.
Tampoco aparecieron la Universidad Iberoamericana y El Colegio Carlos Pereyra.
Sí figura la Universidad Anáhuac, de los Millonarios de Cristo.
El responsable de la publicación del desplegado, Arturo Guerra Bedolla, quien se ostenta como “presidente” de la Federación de Escuelas Particulares, no es dueño ni directivo de ninguna escuela. Es profesor de la UPAEP, yunquista de medio pelo.
Se mueven las fichas en el nombre del señor.