Por Alejandro Mondragón
Una nueva fracción parlamentaria nació en este inédito periodo político en el Congreso del Estado: la bancada de los apestados.
Sí, personajes con un pasado y presente salpicados de traiciones y protagonismo en unos; y misoginia, en otros.
A Marcelo García Almaguer, Hugo Alejo Domínguez y María del Carmen Saavedra no los quieren en el PAN, después de renunciar al partido que les dio la posición.
Tampoco a José Juan Espinosa, del PT; y Héctor Alonso de Morena, les dieron más cabida en la alianza Juntos Haremos Historia, luego de su posición machista contra las mujeres.
A Jonathan Collantes, del Partido Nueva Alianza, integrado a la bancada independiente, lo persigue un negro historial de corrupción y agresiones de género.
Los une, a todos, el desprecio de sus propios partidos, y sus nuevos aliados saben que si traicionaron una ocasión, lo harán ooootra vez.
Presumen ser la tercera bancada del Congreso, pero el punto radica en la interlocución. Han sido relegados y excluidos por méritos propios.
Y lo peor es que nadie los extraña, después de sus salidas indecorosas.
Todos, sin duda, eso sí añoran los tiempos idos del morenovallismo.
Ahora, son rechazados o marginados por la mayoría legislativa.