23-11-2024 01:15:21 AM

La monja grosera

En el convento del pueblo estaba como interna  una monjita que era demasiado grosera; siempre que platicaba con las hermanas de cualquier cosa, ella decía una sarta de peladeces.

Ya todas estaban cansadas de ella y en una plática entre ellas, llegaron a  la conclusión de que si la monja
grosera decia una de sus groserías, la dejarían sola en el lugar en que estuvieran.

Una ocasión platicaban de la guerra y sus consecuencias, y una de ellas dijo:  ‘Si yo pudiera, mandaría un camión lleno de alimentos para toda esa pobre gente que no tiene que comer.’

Otra dijo: ‘Si yo pudiera, mandaría un camión lleno de medicinas para los pobres enfermos.’

 En eso dice la monja grosera:

– ‘Si yo pudiera mandaría un camión lleno de putas para todos esos cabrones.’ 

De repente, todas las monjas se pararon de sus lugares, 
dirigiendose a la puerta y la monja grosera les dijo: 

¡ESPERENSE, PENDEJAS TODAVÍA NI CONTRATO EL CAMIÓN!

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