Por Shanik David
Bajo el argumento de que el Antiguo Hospicio presenta deterioros y está obsoleto, el gobierno del estado solicitó autorización al Congreso para enajenar dicho inmueble que data del siglo XVII.
Sin embargo, llama la atención que a finales de 2013, el entonces gobernador Rafael Moreno Valle entregó la rehabilitación del edificio, en la cual se invirtieron 15.3 millones de pesos, y se tenía previsto que sería usado como oficinas de alguna dependencia de gobierno.
Ahora, cinco años después, la administración estatal señala que, de acuerdo con revisiones hechas por la Coordinación General de Protección Civil del Estado en 2017, algunas áreas del edificio “no son aptas para su uso, toda vez que presentan daños estructurales evidentes y que la vida útil de los materiales con que fue construido han llegado a su fin, por lo que como medida de seguridad recomendó mantener dichos espacios desocupados”.
Y si bien el inmueble se podría reparar, los trabajos serían más costosos que el beneficio que podrían tenerse, estimaron las autoridades, pues dado que se trata de un edificio catalogado como monumento histórico se requiere una intervención supervisada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Todo esto se detalla en el oficio que envió el gobernador del estado al Congreso, en el cual se sentencia que “la restauración puede resultar en un gasto mayor al beneficio obtenido, por lo que se considera que no existen razones que impongan la necesidad o la conveniencia de conservar dicho bien, resultando un mayor beneficio para el Estado su enajenación”.
Para esto, se indica que se tendría que hacer un avalúo del edificio ubicado en la avenida Reforma número 710, y se tendrían que seguir los procedimientos establecidos en la ley.
Además, en el decreto se señala que los recursos generados por esta enajenación de los siete mil 226.84 metros cuadrados del edificio histórico tendrán que destinarse a acciones, programas y proyectos de asistencia social.
