Por Alejandro Mondragón
A los oídos de la alcaldesa electa, Claudia Rivera Vivanco, llegó la versión de dos reuniones secretas entre Luis Miguel Barbosa y Eduardo Rivera Pérez.
El primero como candidato a gobernador de la coalición Juntos Haremos Historia y el segundo, abanderado de Por Puebla al Frente.
El equipo de Rivera Vivanco interpretó esos cafés como una traición de parte de Barbosa, porque ya en campaña Luis Miguel había pedido a Claudia que asumiera el papel de punta de lanza de las mujeres contra Martha Érika Alonso, luego de la prohibición del Instituto Estatal Electoral para que no se le ligara a la señora con el apellido Moreno Valle.
Se entendió que Barbosa estaría dispuesto a gobernar mejor con Rivera (el masculino, como dicen los reporteros policiacos).
Fuentes cercanas a Barbosa desmintieron las reuniones. Nunca se dieron en ese contexto. Antes de la campaña se vieron como amigos, pero durante la contienda fue el propio Luis Miguel quien más críticas lanzó a Eduardo que la propia Claudia.
A los oídos de Barbosa, empero, llegó la versión de que el morenovallismo había infiltrado hasta la médula ósea la campaña de Claudia Rivera.
Incluso, aseguraban, llegó financiamiento para derrotar a Eduardo Rivera, pero sobre todo alejarse de Barbosa. Los duros de Morena pusieron marcaje personal y sostienen que efectivamente hubo comunicación constante entre el morenovallismo y el equipo de doña Claudia.
Fuentes cercanas a la alcaldesa negaron las versiones y afirman que es una forma fácil de justificar su radicalismo, pero que nunca se dieron respaldos.
Los hechos están hoy a la vista. Barbosa y los suyos muy alejados de Rivera, mientras que ella cada vez más cerca del morenovallismo.
En una de esas, hasta ratifica a Luis Banck como presidente municipal de Puebla.
Lo cierto es que existe un ambiente tenso en Morena y el equipo cercano de AMLO hacia el tema de Puebla. Ya permeó la especie del morenovallismo de Claudia y, por ende, el que se rasque con sus propias uñas.
El frío total a una administración que representaba una versión más civilizada de la que puede ofrece Morena con los José Juan Espinosa y Gabriel Biestro.
En el equipo de AMLO quieren que se repitan las elecciones, pero sin Barbosa, se empieza a escuchar.
FOBIAS EN COPARMEX
Vaya miradas se echaron el presidente nacional de Coparmex, Gustavo de Hoyos, y el saliente del Centro Empresarial, José Antonio Quintana, luego del beligerante discurso del dirigente entrante, Fernando Treviño.
¿De qué estado habla?
La incomodidad llegó hasta el gobernador Antonio Gali, quien después de su mensaje, Treviño se quiso disculpar.
Esos líderes que arrojan la piedra y esconden la mano, durante la asamblea de renovación de dirigencia de la Coparmex en Puebla.
