22-11-2024 12:50:05 PM

El cisma panista

Por Rodolfo Rivera Pacheco

Lo que sucedió la semana pasada al seno del Partido Acción Nacional, cuando 5 de sus Senadores -3 de los más conocidos nacionalmente- votaron con el PRI –y contra lo que había dispuesto su Presidente de bancada y también de partido- para que el Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República quedara en manos de uno de ellos –Ernesto Cordero- es el preámbulo de una guerra interna que bien puede terminar en un auténtico cisma blanquiazul.

El tema fue lo de menos. Efectivamente, en el PRI se está pugnando porque el nuevo Fiscal de la República sea el actual Procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade,  y éste tenga “pase automático” a tal cargo. Lo mismo que hizo Rafael Moreno Valle en Puebla con el muy ineficiente Víctor Carrancá y nadie dijo absolutamente nada. Lo mismo hizo Javier Duarte en Veracruz pero con el triunfo de Miguel Angel Yúnes, el nuevo Fiscal prefirió renunciar.

Pero el tema, reitero, era ya lo de menos. Creo que más bien fue el pretexto de Ricardo Anaya para desviar la atención a las denuncias de su enriquecimiento perfectamente explicable. El hecho es que el PAN de Ricardo Anaya rompió ya la luna de miel que vivió con el PRI y Gobierno Federal los últimos años. Creo que desde la elección en el Estado de México y Coahuila comenzó el distanciamiento y en la antesala de la elección presidencial ha quedado muy dañada ya la relación.

Aunque la pregunta importante es: ¿Cuáles o quiénes son los grupos que pelean en el PAN? ¿Puede haber un cisma azul como el de los años 80 del siglo pasado, cuando varios importantes liderazgos panistas se fueron del partido y fundaron el famoso “Foro Doctrinario” y con los años se fueron yendo al PRD?

Los Senadores “rebeldes” tienen un rasgo común: Se han alejado o son enemigos abiertos de Ricardo Anaya y son relativamente cercanos al PRI y un poco también al ex Presidente Felipe Calderón. Ajá, iguales características tiene un sujeto llamado Rafael y de apellidos Moreno Valle Rosas.

¿Entonces los antianayistas-filopriístas son del mismo grupo ahora de Rafael Moreno Valle? Más o menos, sí. Con la excepción de Ernesto Cordero, quien quedó muy enojado con Moreno Valle cuando buscó la Presidencia del CEN blanquiazul porque el poblano apoyó justamente a Ricardo Anaya. Pero los enemigos de ayer pueden ser amigos hoy, de acuerdo a las circunstancias.

Entones podemos vislumbrar algunos escenarios que estarán ocurriendo en los siguientes días, seguramente esta misma semana.

Anaya, quien controla los órganos nacionales panistas y la mayoría de Comités Estatales, amenazará con expulsar a sus Senadores rebeldes. Quién sabe hasta dónde pueda llegar la amenaza. Éstos a su vez se atrincherarán y no pararán sus críticas contra el absolutismo anayista.

En el pleito será arrastrado Rafael Moreno Valle. Porque Ricardo Anaya no olvida todas las afrentas que ha recibido de éste, incluso la sospecha de ser él –RMV- el origen de muchas de los escándalos periodísticos en los que se ha visto involucrado el queretano. No lo olvida y no lo perdona.

Creo que la consecuencia lógica de este pleito es que Anaya se aferre ahora mucho más a la candidatura presidencial y ahora más que nunca evitará que Rafael Moreno Valle llegue a ella. Tampoco permitirá que Margarita Zavala sea la abanderada, aunque ésta sea la mejor posicionada entre todos los presidenciables panistas en cualquier encuesta nacional.

Total, que con un Ricardo Anaya desprestigiado y pendenciero, con una Margarita Zavala cargando el pesado lastre de su esposo y un Rafael Moreno Valle sospechoso de andar promoviendo a los senadores rebeldes y su innegable cercanía con el PRI y Presidencia de la República –a la que jamás, jamás, jamás critica en sus giras por los Estados- la pugna por la candidatura presidencial blanquiazul ahora sí luce más que descompuesta.

Al PRI, desde luego, le conviene y hasta promueve este escenario de guerra intestina en el PAN. Sabe que quien salga candidato tendrá la cruenta oposición de un enorme grupo dentro del propio partido blanquiazul.

Si Anaya es candidato, estará desprestigiado y con la puntual operación en su contra de morenovallistas –aliados al PRI- y calderonistas.

Si Margarita Zavala llega a ser candidata –creo que remotamente- tendrá la oposición puntual del morenovallismo, aliado del PRI.

Casi imposible ahora más que nunca, pero si Rafael Moreno Valle es candidato presidencial, contará con enemigos de dimensiones enormes en el PAN, que son los anayistas y los calderonistas.

¿El escenario de debilitamiento del PAN le conviene al PRI?

Por supuesto. Un PAN dividido con un débil candidato (Anaya, Margarita, RMV) o un candidato aliado (el propio RMV) es muy buena noticia para el PRI, en donde si se confirma la candidatura de José Antonio Meade, éste podría contar con muchos votos de simpatizantes panistas, quienes lo preferirían a él antes que sufragar por Andrés Manuel López Obrador. El mentado voto útil que ya le sirvió al PRI en 2012, ante una muy mala candidata panista como lo fue Josefina Vázquez Mota.

Pero también lo es para MORENA, a quienes desde luego conviene un pleito entre PRI vs. PAN, para que el electorado vote en masa por Andrés Manuel López Obrador.

Lo que sí es un hecho es que el PAN, luego de que festejaron como chamacos el haber ganado varias gubernaturas en 2016 y 2017, ahora puede estar en la antesala de la derrota en la elección presidencial. Por sus pleitos y división interna.

Finalmente, ante los escenarios nacionales descritos, tampoco es nada seguro ya en cuanto a candidaturas panistas en Puebla. Si Anaya se enfurece, puede impedir sin problema que la esposa de Rafael Moreno Valle sea la candidata a Gobernador y entonces fortalecer y permitir la candidatura de un personaje como Eduardo Rivera, quien sigue de gira por todo el Estado, promoviendo su posible postulación.

Será entonces… como lo dije aquí mismo hace meses, cuando Rafael Moreno Valle evalúe seriamente seguir o no en las filas del Partido Acción Nacional.

Sí, aún no hemos visto nada del proceso electoral que culminará el 1 de julio de 2018. Pero de que habrá cismas, los habrá. Ya empezaron en el PAN y en MORENA.

 

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