Por Valentín Varillas
Los priistas poblanos que se reunieron con Enrique Ochoa Reza apenas la semana pasada, recibieron de su líder partidista un discurso salpicado de mentiras.
Es falso que al interior del tricolor exista piso parejo y condiciones de equidad para quienes buscan competir por la candidatura al gobierno del estado en el 2018.
Un hecho en el que fue protagonista el presidente del CEN Revolucionario lo desenmascara.
Sucedió en Campeche, en el marco de la sexta reunión plenaria de la Conferencia Nacional de Legisladores Locales Priistas (ConalPRI), que se llevó a cabo el pasado 26 de abril.
Además de los diputados de ese partido que representaban a los congresos de las distintas entidades federativas del país, acudieron, como es costumbre, personajes de alta influencia en el gabiente del también priista, Enrique Peña Nieto.
Un asistente permanente a esta reunión anual es el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, quien se muere de ganas -desde el inicio del sexenio- de convertirse en el candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Además del encargado de la política interna del país, se anunció la presencia del titular de Salud, José Narro y del de Turismo, Enrique de la Madrid.
Sin embargo, hubo una sorpresa de último minuto que llamó la atención de los presentes: la inesperada llegada de Aurelio Nuño Mayer, Secretario de Educación Pública federal, el que en teoría funge hoy como comodín de los intereses electorales presidenciales en la coyuntura del 2018.
Además del trato preferencial que recibió, hizo también uso de la palabra y por varios minutos se convirtió en amo y señor del presidium.
Al terminar su discurso y del brazo del propio Ochoa Reza, Nuño llegó al lugar que había sido designado para los legisladores priistas poblanos.
El líder partidista lo presentó como “un gran amigo y mejor hombre”.
“Quiere platicar con ustedes de muchos temas de interés comun”-les dijo.
“Ahí se los encargo, trátenlo bien”- remató.
Y ahí lo dejó, al amparo de quienes en lugar de haber jugado un papel digno de legisladores de oposición, fueron una vergonzosa comparsa de los excesos y abusos llevados a cabo por el morenovallismo en el sexenio anterior.
El asombro entre los tricolores poblanos fue mayúsculo.
De plano, no se lo esperaban.
Escucharon con atención los cuestionamientos del funcionario en términos de la realidad política y social que se vive en Puebla y le plantearon una cruda radiografía de la situación que atraviesan después de las constantes catástrofes electorales que han sufrido.
Nuño escuchó por casi una hora, con especial atención, el escenario que le planteaban sus compañeros de partido, tal vez analizando internamente la labor titánica que significaría competir por el gobierno del estado el próximo año.
Al término del surrealista encuentro y conocedores de los usos y costumbres internos que norman todavía la vida en el PRI, un par de los más “influyentes” diputados priistas poblanos tocaron base con su líder, César Camacho, quien les confirmó que la reunión que habían sostenido con el Secretario de Educación Pública, había sido una petición expresa del presidente Peña.
Así como lo lee.
¿Y entonces?
¿Qué pasa con el piso parejo prometido por Ochoa Reza?
Más allá de que Aurelio Nuño vaya o no a competir por la candidatura al gobierno poblano, en esta historia se tejen una serie de complicidades en donde influyentes personajes intentan intervenir de manera abierta y artera en un proceso que en teoría, debería de ser resuelto por el priismo poblano.
Claro, en un mundo ideal.
