Por Shanik David
Aunque la mayoría de los integrantes del movimiento de resistencia a la instalación del Proyecto Integral Morelos en campos de cultivo del estado, ya han sido exonerados de los procesos penales que se abrieron en su contra desde 2014, Avelino Velázquez Tapia vive con el constante temor de ser detenido pues sobre él todavía pesan órdenes de aprehensión.
Velázquez Tapia fue comisariado de Bienes Comunales de San Juan Amecac, Atzitzihuacán, durante el tiempo en el que se dio el estallido social en la región por los intentos de las empresas Abengoa, Elecnor, Enegas y Bonatti de construir el gasoducto de 160 kilómetros de longitud para transportar gas natural entre Morelos y Tlaxcala.
“En mi período lo que intenté no fue detener completamente el ducto porque sabía que era una fuerza muy grande, pero quería acordar con ellos, buscar algún dialogo, pero no se prestaron”, describió el excomisariado tras poco más de tres años de persecución, pues en vez de que los trabajadores buscarán abrir canales de comunicación “me aventaron a la ley”.
La noche del 5 de abril de 2014, elementos de la policía estatal llegaron al domicilio de Velázquez Tapia, entraron de manera violenta y al no encontrarlo agredieron a la madre del exrepresentante campesino y a su hijo quien tiene síndrome de Down.
Luego se dio a conocer que este operativo se dio para cumplir con una orden de aprehensión girada en su contra dentro de la causa penal 121/2014, llevada por Juzgado de los Penal de Atlixco, pues en esta se le relacionaba con Enedina Rosas Vélez y su hermano Carmelo de haber agredido a trabajadores de las empresas trasnacionales y robarles unos celulares.
“El señor Avelino ni siquiera conocía a Enedina cuando se le acusó de esto” afirmó Mario Vélez Merino, de la Unión Campesina Democrática, y acusó que esto se trató sólo de un revanchismo por la postura opositora del excomisariado ejidal.
Y aunque uno a uno los señalados en la causa penal fueron liberados, al demostrarse que la acusación en contra de Enedina Rosas había sido falsa, Velázquez Tapia no sufrió tal fortuna, pues a los cargos de “oposición a una obra” y “robo” le sumaron “secuestro”.
Vélez Merino describió cuando presentaron un amparo para reducir la fianza que se le había impuesto a Avelino descubrieron que se había girado una nueva orden de aprehensión por privación de la libertad de uno de los trabajadores de Bonatti, acusación que fue hecha por la empresa y el gobierno de Puebla.
Dado que se trata de un delito grave éste se sigue de oficio, por lo que sólo sería por medio de un desistimiento expreso por la parte acusadora que se podrían retirar los cargos, lo que ha obligado al excomisariado a mantenerse escondido lo más posible para evitar ser aprehendido.
