Por Shanik David
Orlando Xolalpa Sánchez, quien fue presentado ante medios nacionales como presunto responsable del ataque que sufrió una familia en la autopista México-Puebla el pasado 3 de mayo, donde resultó muerto un menor de dos años, afirmó que no tuvo nada que ver con este caso, incluso el apodo de “El Chivo”, por el que ahora se le conoce en los medios, le fue puesto por las autoridades.
El pasado 16 de junio Xolalpa Sánchez fue liberado del Centro de Reinserción Social de San Miguel al no encontrarse elementos que corroboraran su participación en los hechos, como lo anunciaron los elementos de la Policía Federal, quienes lo detuvieron cuando caminaba por la calle de su comunidad.
Describió que una noche iba rumbo a casa de su abuelo cuando fue interceptado por dos hombres y una mujer que circulaban en un coche particular color gris, quienes le ofrecieron llevarlo a donde él quisiera; mientras intentaba alejarse de ellos, uno de los hombres lo sujetó con violencia ante lo cual se defendió, por lo que tuvo que intervenir el segundo agresor; “no me dijeron nada, sólo me aventaron al carro y me ahí me comenzaron a maltratar, hasta me decían que me iban a matar”.
En ningún momento se le notificó la razón de su detención, además que los uniformados se burlaban a costa de la hipertensión y cirrosis que padece, “me decían ‘vamos a acabar con tu sufrimiento, dinos en qué parte de la cabeza quieres la bala’”.
Su llegada a la cárcel de San Miguel fue igual de tortuosa, pues narró que a pesar de tener problemas graves de salud se le obligaba a hacer limpieza, acarrear agua y otros trabajos pesados, ya que “pensaban que estaba fingiendo”; fue hasta que lo tuvieron que llevar a la unidad médica que se dieron cuenta que sus enfermedades eran reales.
Sin embargo, a pesar de la atención médica los maltratos eran constantes pues recordó que cuando tenía que ir al baño lo dejaban esperando hasta dos horas y esposado en la cama.
“Yo no tuve nada que ver, sólo quiero que se haga justicia, que se encuentre a los verdaderos responsables de esto”, señaló el hombre originario de Santa María Moyotzingo, al decir que desconoce el por qué se le imputaron estos hechos si él no tiene enemigos, es querido en la comunidad y se dedica al campo.
Piden rectificación oficial
Por su parte, Claudia Suárez Méndez, integrante del equipo de abogados de Xolalpa Sánchez, describió que este caso representa el riesgo en el que se encuentran todos los ciudadanos de ser detenidos sin elementos por parte de las autoridades y sólo para calmar las exigencias sociales de justicia ante delitos graves.
Comentó que ahora, con el sistema de justicia oral, los policías de los tres niveles de gobierno tienen la facultad de investigar los delitos que se presenten, pero dado que no se les ha dado la capacitación correspondiente para estas labores “incurren en irregularidades jurídicas y violaciones a los derechos humanos”.
Acusó que las autoridades atropellaron los derechos fundamentales del detenido, pero que esto sólo representa una muestra más de la poca capacidad que se tiene para atender estos delitos y cómo todos los ciudadanos pueden llegar a ser chivos expiatorios en caso de ser necesario.
“Algunas de las etapas del nuevo procedimiento penal son susceptibles de manipulación, de fabricación de pruebas tal y como lo hicieron los elementos policíacos captores”, insistió.
Es más, aunque se logró que Xolalpa Sánchez saliera de la cárcel esto no implica que esté exonerado pues dentro de la causa penal 389/2017 todavía se tienen vigentes los cargos de portación ilegal de arma de fuego y de metanfetaminas, elementos que, afirmó el detenido, fueron plantados por las autoridades.
Con estos argumentos la defensa pidió que las autoridades federales, en particular el comisionado nacional de seguridad, Renato Sales Heredia, y el comisario de la Policía Federal, Israel Aguirre Navarro, se retracten y corrijan las declaraciones y acusaciones mediáticas que hicieron en contra de Xolalpa Sánchez, pues esto representa una difamación en su contra.