22-11-2024 07:00:35 AM

Los mapaches del Tío Poncho

Por Alejandro Mondragón

 

Cubo 30 es un proyecto de sometimiento e integración de estudiantes para la nueva BUAP.

Es el búnker de Juan Carlos Pérez Medina alias “El Papirrín”, una especie de El Mosh de la UNAM, quien opera ooooootra de las áreas de control estudiantil de la reelección de Alfonso Esparza.

Además de Jesús Arroyo Chávez e Isaac Jiménez, operadores y derrochadores de recursos en Derecho de la BUAP, El Papirrín goza también de los beneficios de ser fiel escudero del Tío Poncho.

Hasta figura en la nómina de la Facultad de Ciencias de la Computación, desde donde se controlan laboratorios universitarios, necesarios para la comunidad.

Al Portador tuvo acceso a los honorarios que recibe por hacer el trabajo sucio de Esparza.

 

El problema tiene que ver con que, desde ahí, se manejan los sufragios de las elecciones de consejeros universitarios y directores. ¿Cuántos votos extras se han incluido en los cómputos finales para inflar las elecciones a favor del grupo de Esparza?

Dentro de la Facultad de Ciencias de la Computación (FCC) el poder de “El Papirrín” recae en los laboratorios, prácticamente fue quien los unió en un mismo frente para que en unidad se decidieran elecciones políticas en la universidad.

La mayoría de los laboratorios en la FCC tienen una influencia muy poderosa en el resto del alumnado, con cursos, actividades, talleres, fiestas.

 Llegan a tener un poder de convencimiento muy fuerte, de ahí la razón del por qué la mayoría de los grupos de Facebook de la FCC (donde se maneja información esencial si eres estudiante ) están controlados por “El Parirrín”, sin olvidar el nuevo proyecto de lobomentores que no es otra cosa que un adoctrinamiento desde el inicio de la carrera para asegurar la lealtad de los estudiantes.

Normalmente la elección de consejeros universitarios se realizaba a puerta cerrada, donde representantes de todos los laboratorios postulan a un candidato para después votar en unidad quienes iban a ser los candidatos oficiales, ya es trabajo de  “El Papirrín” adoctrinarlos, capacitarlos y crear su campaña política para asegurar su victoria.

Hay una lista de damnificados por el juego sucio de Esparza, a través de este grupo de estudiantes que controlan la BUAP, así como la relación de lugartenientes.

Pronto habrá más.

Está claro que la BUAP es manipulada con el único fin de que Esparza se reelija.

 

Mucho dinero y poder está en juego. El Tío Poncho salió peor que Doger y Agüera juntos.

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