Por Shanik David
Aunque el hecho de que el gobierno del estado haya ordenado medidas de prisión domiciliaria para Rubén Sarabia Sánchez y Francisco Castillo Montemayor en un plazo de dos semanas, estas acciones no son suficientes, pues lo que se busca es la libertad absoluta de ambos así como de los demás presos políticos.
Esto lo comentó Carolina González Barranco, representante del Comité para la Liberación de los Presos Políticos, al señalar que esta decisión envía un mensaje de apertura de parte de la administración de José Antonio Gali Fayad, pero que no hay confianza por completo, pues todavía siguen en prisión cuatro integrantes de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre.
“Mucho se ha cuestionado si Antonio Gali tendrá la misma política autoritaria de Rafael Moreno Valle, esto podría ser un reflejo de que podría ser más flexible”, comentó la activista, aunque dijo que hay muchos temas pendientes antes de poder dar una lectura sobre la posición del gobierno del estado, pues en la actualidad se lleva a cabo una huelga de hambre para obtener la liberación de Israel Pacheco, sin que haya respuesta de las autoridades.
Por esto, insistió que si bien el arraigo domiciliario es un paso favorable, todavía quedan en el aire problemas que podrían evidenciar algún interés de las autoridades para dictar estas medidas, pues por ejemplo en el caso de Simitrio, cuya salud esta bastante grave, en caso de tener alguna complicación no es posible trasladarlo de manera urgente, sino que se tienen que realizar trámites administrativos y burocráticos que podrían poner en riesgo su vida.
Y aunque en el caso de Francisco Castillo Montemayor, exsecretario de Medio Ambiente de la administración marinista, su salud está más estable, por su edad nunca debió pisar siquiera la cárcel, apuntó.
Por estos motivos, sumado a los recursos legales que han ganado ambos presos políticos, se considera que el hecho de que todavía pesen sobre ellos cargos penales, representa sólo un “berrinche” de las autoridades, como parte del revanchismo que heredó Rafael Moreno Valle.
“Me parece una señal alentadora pero no podemos comprarnos la idea, tiene que haber otras acciones de mayor contundencia”, reiteró González Barranco, al señalar que es el momento de que Gali Fayad marque su distancia de la forma de gobernar de Moreno Valle y que haya un antes y un después en la administración estatal.
