Por Valentín Varillas
El gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, es uno de los más importantes aliados de Rafael Moreno Valle en la lucha por la candidatura panista a la presidencia de la República.
Una modesta prueba de lo anterior fue el evento del fin de semana, en donde el poblano recibió el mando de la Primera Cabalgata de la Amistad y lo nombraron “mayoral de los cabalgantes de la región”.
Publicidad y reflectores gracias a la generosidad del amigo.
María Esther “Maki” Ortiz es la alcaldesa de Reynosa, panista, ferviente convencida de que Margarita Zavala es la mejor opción del blanquiazul para intentar regresar a Los Pinos.
La calentura por la nominación presidencial al interior de Acción Nacional ha deteriorado aún más la de por sí maltrecha relación entre ambos personajes.
Y es que Cabeza de Vaca, quien fungió como alcalde de esta ciudad en el período 2005-2007, ha tratado por todos los medios sumar el capital político de la alcaldesa a favor del ex gobernador y, de paso, debilitar los apoyos de los liderazgos panistas a favor de la esposa de Felipe Calderón.
No ha podido.
En su lucha, ha utilizado al congreso de su estado -faltaba más- como garrote político en contra de su enemiga.
El tema ha sido de tanta repercusión en la política tamaulipeca, que hace unas semanas motivó unos párrafos en la columna Templo Mayor, que publica el periódico Reforma:
“MÁS VALDRÍA que Ricardo Anaya le echara un ojo a lo que ocurre en el panismo de Tamaulipas, donde la alcaldesa albiazul María Esther “Maki” Ortiz está acusando de “violencia política”… ¡al propio PAN!
“DESDE QUE asumió en octubre pasado la presidencia municipal de Reynosa, Ortiz Domínguez ha sido sometida a un intenso fuego amigo por parte de los regidores y diputados locales de su partido, ante la indiferencia -o complacencia- del primer panista tamaulipeco, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
“EL ACOSO llega a tal grado que el Congreso local, por supuesto de mayoría panista, le está haciendo la vida de cuadritos a la alcaldesa cuestionándole hasta los nombramientos de sus colaboradores. Vaya, inclusive amenaza con entablar en su contra juicio político para destituirla.
“Y AUNQUE nadie sabe por qué tanto encono contra “Maki” Ortiz, hay quienes se preguntan si algo tendrá que ver el hecho de que el hoy gobernador antes fue edil en Reynosa y se sentía dueño de la plaza”.
Contundente, ¿no?
La cuenta pública del primer año de su administración parece que será el arma a utilizar.
En octubre de 2016, un misterioso robo de documentos oficiales de algunas oficinas del ayuntamiento de Reynosa, fue interpretado por Maki Ortiz y su grupo, no solo como un mensaje, sino como parte de la consigna.
Los papeles robados son fundamentales para la correcta integración de los expedientes que el gobierno municipal presentará al congreso tamaulipeco para su revisión.
Los autores materiales del hecho delictivo fueron ex funcionarios de la administración priista de José Luis Leal, con el que se dice, el hoy gobernador García Cabeza de Vaca tejió alianzas para ganar el proceso electoral del año pasado.
Crimen perfecto.
La madriza política y mediática en contra de Ortiz Domínguez apenas comienza, pero juran sus enemigos que será de antología.
Más allá de poder probar jurídicamente alguna irregularidad, el objetivo principal es dilapidar su credibilidad y aniquilar su prestigio.
Calumnia que algo queda, la vieja estrategia.
Cualquier parecido con el caso de Eduardo Rivera en Puebla, no es mera coincidencia.
Así se las gastan.