Por Alejandro Mondragón
La desgracia de Guillermo Padrés es una tragedia al interior del PAN para el gobernador Rafael Moreno Valle.
Ambos tenían un proyecto conjunto. Se formalizó en 2013. El sonorense quería dirigir al partido con el poblano de candidato presidencial en el 2018. Ya no será así.
Los dos, en reuniones sostenidas a lo largo del 2013 y 2014, operaron para frenar la expansión del calderonismo en el norte del país. Margarita Zavala no pasará, prometió Padrés a su amigo Moreno Valle.
Por eso, a nadie le ocupó que el poblano extendiera sus tentáculos en la región, más en la elección por la gubernatura del 2015, donde envió recursos y equipo de inteligencia.
Padrés lo presumía: para ganarle a un hijo de la chingada se necesita otro igualito; a ése lo traje de Puebla.
“Para Manlio Fabio Beltrones y su candidata Claudia Pavlovich le tengo a Moreno Valle y Javier Gándara”.
El poblano envió estructura, recursos, equipo de espionaje y desplegó una estrategia sucia de redes sociales, a través de Botón Rojo.
El góber de Puebla tenía razones para jugar en Sonora.
Su alianza con Guillermo Padrés estaría en riesgo si se pierde la gubernatura, pues ambos hicieron mancuerna para frenar las ambiciones desmedidas de Gustavo Madero y sirvieron de dique para detener el avance del calderonismo en Acción Nacional.
Felipe Calderón lo denunció en 2015: un consorcio de interés controla el PAN: Moreno Valle, Guillermo Padrés, Gustavo Madero y Ricardo Anaya.
Sonora es el único estado de peso electoral que tendría Moreno Valle en el norte del país. Javier Gándara entró a la nómina del #GóberBala.
Perder Sonora es quedar sin nada del norte, de cara a la lucha por la candidatura del blanquiazul en el 2018.
En el pasado proceso para renovar la dirigencia local del PAN, donde salió derrotado el morenovallismo, tuvo un crecimiento de 0 a 35 por ciento.
Una derrota del PRI con Claudia Pavlovich sería un descalabro para uno de los personajes más temidos por el morenovallismo: Manlio Fabio Beltrones.
Beltrones es un hombre que nada más no encaja en el perfil del góber. Lo considera un dinosaurio con malas mañas, pero también teme una represalia política de él, tras la persecución del empresario Ricardo Henaine, amigo y socio.
En 2015, Moreno Valle perdió políticamente Sonora, quiso al interior del PAN quedarse con la estructura, pero la debilidad de Guillermo Padrés se lo impidió.
En 2016, se le vio en Puebla en la campaña por la minigubernatura. A Padrés lo pusieron los medios nacionales como asesor de la campaña de Gali.
Ahora que el ex gobernador del PAN en Sonora es un prófugo de la justicia, Moreno Valle no sólo se queda sin fuerza en el norte del país, además cualquier vínculo con el apestado Padrés contaminará su proyecto.
Margarita Zavala pidió que se aplique la Ley contra el panista sonorense, Ricardo Anaya se deslindó de él, pero es la hora en la que su gran aliado Moreno Valle no dice nada.
Bien raro.
