Por Alejandro Mondragón
Llegó la hora de la verdad para el rector de la BUAP, Alfonso Esparza, quien rinde su III Informe de Labores, al frente de una institución sumida en la corrupción y la pérdida de autonomía ante el gobernante en turno.
La comunidad universitaria se encuentra muy agraviada por diversos temas, pero sin duda ha calado hondo el feminicidio de Tania, una joven estudiante de Sociología, hallada muerta en el interior de su casa.
La Fiscalía de Puebla está por dictaminar que la muerte de la activista fue un “suicidio”, lo que ha despertado más la indignación de la comunidad.
Piden que la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, encabezada por Roberto Santacruz, lance un pronunciamiento por la muerte de Tania para que el rector Esparza asuma su responsabilidad de salvaguardar a los universitarios y reclamar con decisión un alto a los feminicidios.
¿Tendrá Esparza los huevos de decir ante el gobernador Moreno Valle que su gestión nada hace frente a los 63 feminicidios cometidos en Puebla?
Los universitarios quieren que las autoridades faciliten los auditorios y campus de la BUAP para organizar foros, a efecto de protestar contra las agresiones a las mujeres en Puebla.
En lugar de recibir la atención, el rector Esparza mandó a Rodolfo Memije de la Secretaría General y algunos porros para amenazar a la comunidad. Tienen prohibido usar a la BUAP porque el gobernador Moreno Valle se puede enojar, les dicen.
En redes sociales, pululan las críticas contra Esparza, porque sólo se ocupa de su show del Informe y se olvida de los problemas reales de la comunidad. Exigen que detenga los atropellos.
Algunos académicos como Gustavo López Ángel, Jorge Alberto Calles, Daniela Dávila y Rocío Vargas han fijado una postura crítica ante los feminicidios.
Los universitarios acusan complicidad de directores de Facultades y del propio rector, quienes engañan con medios y periodistas incrustados en la nómina de la BUAP.
Después del #Esparzainforme vendrán las movilizaciones.
La BUAP es una olla exprés.