Por Alejandro Mondragón
La llegada del morenovallista Eukid Castañón a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, a partir de septiembre, forma parte de los acuerdos en dos sentidos que tiene el gobernador de Puebla.
Con Ricardo Anaya, líder nacional del PAN, para crear contrapesos ante el inminente foxazo de Margarita Zavala en el partido; y el PRI de la triada Osorio Chong, Videgaray y Nuño en su insistencia por construir una alianza patriótica ante la amenaza, para sus intereses, de López Obrador.
Castañón es el operador político electoral de Moreno Valle. Con el verdugo de los priistas, tendrán que negociar las víctimas tricolores. Qué cooooosa.
¿Qué tanto se respetarán los acuerdos?
¿Cumplirá Ricardo Anaya en olvidar ofensas y abrir espacios legislativos a Moreno Valle, por encima de la cada vez más débil presencia de Gustavo Madero y la fuerte ausencia de Margarita Zavala?
Si Anaya es el candidato, su coordinador de campaña será Moreno Valle. Planchado.
¿Los priistas duros con César Camacho se morderán los labios para dejar pasar, sin veto, que el PAN, partido que le corresponde la mesa directiva, ponga a quien ha operado para partirle la madre en cada elección a los tricolores poblanos?
A ver hasta dónde sabotean ese nombramiento que parece estar acordado con el PAN y el PRI de Peña Nieto.
Ahora, esa posición geopolítica del morenovallismo podría afectar los planes del gobernador electo, Antonio Gali, quien en más de una ocasión ha dicho que su gestión necesitará -sin cortapisas- de un personaje como Eukid ante tanto hijo de la chingada que seguirá en Puebla.
Castañón podría llegar a la Secretaría General de Gobierno si tiran el acuerdo del góber, pero si se amarra, entonces Javier Lozano, el senador, saldrá en más portadas de las revistas del corazón.
¡Arroz!
EL HOSPITAL UNIVERSITARIO
Siguen las quejas por las pésimas condiciones del Hospital Universitario, donde no hay dinero para nada, pues todo se lo llevan para construir Poncholandia en CU.
Me cuentan: “a nosotras nos tienen amenazadas de que no nos van a llegar los contratos y nos dicen que por faltas si se supone a la tercera, nos suspenden laboralmente.
“Ahora lo hacen a la primera con todo y oficio. La jefa de enfermeras se deja influenciar por el personal que ella tiene de confianza, además de los dos supervisores que no saben hacer nada.
“Si vamos a dar calidad a los pacientes es para que cubran bien los servicios, pero dejan a dos enfermeras para atender a 10 pacientes o de plano te dejan sola y dicen no hay personal cuando en la jefatura están durmiendo o echando relajo”.