Por Alejandro Mondragón
En los pasillos del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y en los corrillos de Los Pinos se plantean escenarios de cambios en el gabinete, ante la renuncia de Manlio Fabio Beltrones, como líder nacional priista.
El que predomina es la visión del grupo Atlacomulco; es decir, fortalecer al Estado de México.
Para suceder al sonorense se menciona a Luis Videgaray. Ya fue dirigente del Comité Directivo Estatal del PRI en el Estado de México y coordinador de las campañas de Eruviel Ávila y Peña Nieto. Tiene además hoy un enfrentamiento abierto con el director del Banco de México, Agustín Carstens.
Videgaray en el PRI quedaría fuera de la jugada presidencial, de ahí que también se mencionen dos cartas: José Calzada, exgobernador de Querétaro y titular de Sagarpa, a quien le pesa la entrega de su estado al PAN en 2015.
De parte de las mujeres, se menciona a Ivonne Ortega, quien en 2013 dirigió al partido con César Camacho con un salgo negativo. Puro mitote con esa señora.
En lugar de Videgaray, se comenta que regresaría a la Secretaría de Hacienda, José Antonio Meade (ocupó esa posición con Felipe Calderón), quien mantiene inmejorables relaciones con Carstens. Una señal de cambio sin ruptura para los mercados financieros.
Si sale Meade de Sedesol, se dice que llegaría en su lugar Miguel Ángel Osorio Chong, cuyo paso por Gobernación parece haberse agotado. Desde Desarrollo Social gozaría de tribuna para placearse por todo el país y fortalecer sus relaciones con los gobernadores panistas, sus principales aliados.
En sustitución de Osorio Chong en Gobernación se menciona a Luis Enrique Miranda, quien se desempeñó en el mismo cargo del Estado de México en la recta final del sexenio de Peña.
Miranda fue de los primeros negociadores de la reforma educativa y mantuvo acuerdos con la rijosa Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
De esta manera, el control político del país se quedaría en el grupo Atlacomulco y desplazaría al de Hidalgo que tantos enconos generó.
La reconfiguración de este gabinete perfilaría a Eruviel Ávila como la carta del Estado de México. Al final de cuentas, las principales posiciones: Gobernación y PRI estarían en manos de quienes ya le operaron políticamente.
Los jaloneos están a la orden del día en el partido.
Este es un escenario.
Ahora, el Plan B del Grupo Atlacomulco, ante un choque interno en el PRI, sería el góber de Puebla, Rafael Moreno Valle.
Y es que el mandatario poblano camina, habla y se comporta como ellos.
Es de ellos.
