Por Alejandro Mondragón
¿Qué tan útiles son los millonarios y sofisticados arcos de seguridad en Puebla?
Inexplicable que en los últimos meses, una banda muy bien organizada recorra fraccionamientos y zonas residenciales de la zona metropolitana con una lista en la mano de pedidos de autopartes para sus clientes de la Ciudad de México.
Marcas de rines, llantas, espejos, estéreos y demás son ubicados por halcones que se pasean dos días antes para aprenderse los movimientos de vecinos y caer, con la noche, en un operativo eficaz de desmantelamiento de vehículos.
Lo preocupante es que en el gobierno del estado sabe de la existencia de la banda.
Y nada.
El grupo delincuencial actúa con la complicidad de las autoridades. Todos esos chilangos que han abarrotado las oficinas de toma de decisiones del gabinete morenovallista saben de lo que hablo.
¿A poco no, señor Rodríguez Almeida, secretario de Seguridad Pública?
¿Verdad, señor fiscal Víctor Carrancá?
¿Licenciado Galán, no que usted era de los buenos?
En algunos fraccionamientos los operativos abarcan diez vehículos desvalijados; en otros, cinco; en la mayoría, dos y tres.
Aprovechan el vacío de autoridad que existe en Puebla en materia de seguridad.
¿Hasta cuándo seguirá en el cargo Rodríguez Almeida?
Lo preocupante es que usan camionetas y camiones para trasladar las piezas robadas de los vehículos de los poblanos para surtir los pedidos en la ciudad de México.
¿Y el pinche arco de seguridad?
Entran y salen de Puebla, sin que nadie los moleste.
Es la banda de los tabiques -donde suelen dejar los coches desvalijados- que opera en Puebla con toda impunidad, la que incluso los excedentes termina por dejarlos en la 46, fuente de financiamiento de operaciones políticas y policiacas de poca monta.
De nada sirve, gobernador, las estrategias para que los tres niveles de gobierno combatan la delincuencia, si los retenes y El Arco de Seguridad sólo se usan para joder al paisano, no a los delincuentes.
Y no se trata de reclamar lo que se llevan, porque eso es material, lo que pierde el poblano es su tranquilidad y eso, en época electoral, es muy peligroso.
Eso debería alarmar a Moreno Valle, porque curiosamente las áreas donde más delitos de este tipo se cometen son gobernadas por el PAN: Puebla, Amozoc, San Andrés Cholula y Cuautlancingo.
¿Y el alcalde Luis Banck?
Bailando al ritmo de Cristian Castro en el palenque.
Los demás ediles azules, de pena ajena.
