Las comparecencias para la glosa del III Informe de Gobierno trajeron luces y sombras. Mientras los legisladores, incluidos los de oposición, trataron con mano suave al secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano; el consejero jurídico, Ricardo Velázquez, fue presa del endurecimiento del discurso de los diputados, a partir del escándalo del Lydiagate.