Por: Valentín Varillas
Uno de los grandes errores que sigue arrojando consecuencias fatales para las aspiraciones de Blanca Alcalá, es el hecho que la liguen con la imagen de Mario Marín.
Es evidente que el equipo de la candidata sigue haciendo lo posible porque eso pase, a pesar de las recomendaciones de aliados políticos y asesores de campaña.
En una entrega anterior, hace algunas semanas, le comentaba que buena parte de la estructura de obtención de votos con la que cuenta el tricolor en el estado, responde a los intereses del exgobernador y que es vital para el desempeño electoral de la candidata.
Pero además, los estrategas de la campaña priista consideran tener una ventaja competitiva en esta lucha por la gubernatura; un asunto que de plano raya en lo anecdótico.
Pues resulta que, tienen detectado que en algunas zonas rurales del estado –ésas que siguen al margen del desarrollo y la modernidad- siguen pensando que Marín Torres es todavía el mandatario en funciones.
Parece de fábula, pero me juran que es real.
En ese contexto, la figura del villano favorito de la política nacional tiene influencia y peso específico en la toma de decisiones de esas comunidades.
Increíble.
Yo no sé las bases ciertas de lo anterior y lo que pueda realmente significar en términos de movilización electoral real, pero en el papel luce francamente menor.
En las zonas del estado con alta concentración de votantes potenciales -incluyendo por supuesto la capital y los municipios colindantes- la imagen de Marín Torres, a más de cinco años de haber abandonado la gubernatura, sigue siendo pésima.
Es más, para los adversarios políticos del PRI, continúa siendo altamente rentable el lucrar electoralmente con su figura, por lo que han centrado su propaganda electoral en el ataque frontal a la Puebla de Marín.
Vea y cuente los spots y espectaculares en donde comparan la situación del estado hace cinco años con la actual: el blanco y negro contra el color, según la convenenciera visión oficial.
Lo que sí parece evidente es que el costo de seguir ligando a Alcalá con Marín ha sido monumental para la priista.
A falta de un deslinde radical, que seguramente no lo habrá, el lastre seguirá arrastrando inevitablemente a quien pretende convertirse en la primera gobernadora poblana de la historia.
Y es que, en el cuarto de guerra del morenovallismo, juran tener auténticos misiles que demostrarán que las ligas de Alcalá con Marín no son cosa del pasado y que su profundidad y alcances son mucho mayores a lo que cualquiera pudiera imaginar.
Ponto, muy pronto sabremos de qué se trata.
El notario cumplidor
Revuelo causó en redes sociales la foto que manejó en su cuenta de Twitter el propio Mario Marín, entregando en su notaría la primera escritura gratis del programa impulsado por Rafael Moreno Valle.
Esta acción contrasta con la posición tomada por el notario y diputado local Sergio Moreno Valle, primo del gobernador del estado, quien como le platicaba en una columna anterior se erigió dentro del mundo notarial como principal cabeza de la oposición a la escrituración sin costo.
Es la Puebla kafkiana, la del surrealismo puro.