Por Alejandro Mondragón
Bajo la imperturbable mirada de Botero, Rafael Moreno Valle lamentaba profundamente que en el arranque de la campaña 2010 enfrentara el acoso sistemático de los medios de comunicación.
Todavía no empieza la contienda y se han metido con el hermano de mi esposa (Florentino Alonso), insisten en el hoyo financiero que explotarán en campaña y no tardarán en atacar a mi familia y aliados.
La queja era escuchada por dos periodistas poblanos, en el amplio comedor de su casa en el Club de Golf Las Fuentes, a unas horas de su registro como candidato del PAN a la gubernatura.
Antes de despedirse, Moreno Valle prometió que jamás usaría -como Marín- a los medios para el ataque. Yo no soy como él. Ya verán cómo cambiarán las cosas. Ajá.
Cinco años bastaron para constatar que el morenovallismo es la versión corregida y aumentada del marinismo. El uso descarado de medios y periodistas que, sin importar trayectorias y credibilidad, se han alquilado para perseguir y acosar a la candidata del PRI, Blanca Alcalá.
Si invertimos personajes del 2010, Moreno Valle sería Marín, Tony Gali el López Zavala y Alcalá la Rafaela de la contienda.
A Moreno Valle le inventaron en campaña recibir dinero a mansalva de Elba Esther Gordillo, crear el hoyo financiero para la caja chica de su campaña, se metieron con su papá a quien señalaron de haber sido condenado a prisión en Milán, Italia, en la década de los ochenta. Y no se olviden del famoso video de Las Princesas de Atlixco.
A pesar de esa campaña de mierda, Moreno Valle ganó Casa Puebla y los medios que se subieron al tren de la shit contra Rafael, ahora son usados a favor de los intereses del gobernador para desacreditar a Alcalá y apuntalar a Gali.
Como si lo necesitara el candidato.
Dueños y periodistas pasaron penosas escenas de humillación para que fueran perdonados y no se quedaran sin convenios publicitarios en el arranque del sexenio morenovallista.
Todo lo que se denuncia hoy contra Alcalá, ¿por qué no lo usaron para rechazar sus cuentas públicas, aprobadas precisamente por el morenovallismo que hoy la acusa?
Ya la candidata se defenderá conforme a su estilo, pero lo cierto es que ese Moreno Valle que tanto lamentaba el uso faccioso de los medios en Puebla, se ha convertido en lo que tanto censuró.
Una muestra más de que el poder, iguala.
Les alarma que la candidata señale que tenga una riqueza de 8.3 millones de pesos cuando la fortuna del morenovallismo, por concepto de moches, es calculada en al menos 30 mil millones de pesos en cinco años.
La acusan de tener un edificio en 11 millones de pesos cuando hay denuncias de que personajes del poder compraron todita La Vista Country Club y centros comerciales de la zona. O los Posada, Piña, Quirós y Aspe habrían vendido Lomas de Angelópolis a poderosos intereses norteños.
Otros que compraron en efectivos casas y terrenos, esperan el fin de sexenio para que se les escrituren.
Ya empezarán a salir los nombres.
Por lo pronto, a un influyente empresario le detectaron inversiones en 29 negocios cuando hace cinco años estaba quebrado.
Es el grito: ¡Al Ladrón!
Juegan rudo, se jugará rudo.
