Por: Alejandro Mondragón
Con el argumento de que sus huevos son más grandes que sus puños, el ala dura de la burbuja morenovallista terminó por convencer al gobernador de Puebla que el 2016 es todo o nada.
Y que es hora de demostrarle al país y sus enemigos que el morenovallismo rebasó a las estructuras de los partidos y es capaz de retener, sin su ayuda, Casa Puebla con Antonio Gali Fayad.
Moreno Valle compró el boleto que le dicen sus más cercanos, donde incluyó versiones de asesores de Televisa, familiares y aliados en diversos frentes.
Es hora de cobrar los pagarés que le han ido firmado gobernadores, senadores, diputados federales, locales, dueños de medios de comunicación, periodistas, empresarios, políticos, líderes de partidos, rectores de universidades públicas y privadas, alcaldes, regidores, encuestadores, publirrelacionistas, contratistas y todos aquellos beneficiarios de la transformación que se vive.
“Todo se aceptará en estos momentos, menos la traición”, fue la advertencia que se escuchó fuerte y claro en la última reunión de valoración del escenario político electoral, tras la ruptura del PRD con el PAN.
A mostrar el músculo de la lealtad.
La revisión incluyó el perfil de los aliados y sobre quienes se ejercerá vigilancia y compromisos palpables. Que les quede claro que es todo o nada.
Como en Chalchihuapan. Todos por una causa, aunque ésta conduzca al vacío.
Los duros de la burbuja -curioso papel ha tomado el secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco, del todo o nada,- le venden al gobernador que hoy tiene amplias posibilidades de ser candidato presidencial, pero si gana Puebla 2016 y con Gali, entonces sería la carta natural por encima de los partidos de los grupos fácticos del poder que no quieren inestabilidad y menos a Andrés Manuel López Obrador, quien precisamente llama a esos actores “La Mafia del Poder”.
Será la antítesis del candidato ciudadano: él por encima de partidos y estructuras del poder que lo necesitan para mantener el status quo.
Con qué cuenta el gobernador para ir con Gali.
El senador Javier Lozano Alarcón se lo advirtió a Blanca Alcalá -vía twitter- el día de su destape como candidata a la gubernatura: “esperamos que entiendas que defenderemos lo nuestro”, como si Puebla fuera de ellos.
Mientras los duros para ocultar sus fracasos y negocios hechos al amparo del poder, le mantengan vivas las esperanzas a Moreno Valle de ser presidenciable y que para ello tiene que ganar 2016, continuarán en lo suyo: el dinero. Shimples.
Para ellos, el morenovallismo se metió no sólo a los partidos, sino a otros estratos de poder como la humedad.
En el PAN, se asegura, se tiene todo el control en Puebla, donde ninguna decisión ajena al grupo se adopta, en el CEN del PAN hay alianzas endebles, sí, pero existe un trabajo de coordinación directa y permanente con 70 de 128 legisladores federales, quienes han recibido el apoyo del poblano.
En los estados de Querétaro y Baja California con Pancho Domínguez y Carlos Mendoza Davis operarán para su causa con recursos y estructuras. Reciprocidad en 2016 de lo recibido en 2015.
En el PRI también hay compromisos de presupuesto para las obras municipales con los contratistas de Antorcha Campesina; Juan Celis ganó con el respaldo absoluto del morenovallismo. Al priista Jorge Estefan se le ayudó con la desmovilización de la oposición en su distrito de Izúcar. A otros legisladores federales y locales les llegan apoyos en efectivo o especie.
En el PRD, donde hubo una ruptura cupular por lo que consideran las traiciones y ambiciones desmedidas del senador Luis Miguel Barbosa, quedan interlocutores aún con sus corrientes y expresiones: Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Acosta Naranjo, Fernando Belauzarán y Carlos Navarrete. No se diga de los vínculos con los gobernadores Graco Ramírez (Morelos) y Silvano Aureoles (Michoacán).
En Puebla, los morenovallistas en el PRD movilizarán para Tony Gali y nadie más. Si el partido los expulsa, los tiene sin cuidado. Así será con Luis Maldonado, Carlos Martínez Amador, Tony Gali López, Jorge Benito Cruz y compañía, responsables del fracaso de la alianza con el panismo.
En Movimiento Ciudadano hay acuerdos económicos con Dante Delgado y su primer espada, el edil de Cholula, José Juan Espinosa, pero también se tiene la colaboración del diputado local, Ignacio Alvízar. En el PVEM tienen al góber de Chiapas, hermano de logia masónica, Manuel Velasco. En Puebla, la poca estructura que traía el yerno de Gali, Elías Abaid, sigue intacta. Es hora de reactivarla.
En el PT igual se ha entregado mucho dinero a Alberto Anaya para sus Cendis en Puebla. En el Panal, Gerardo Islas hasta su fotógrafo es, mientras Luis Castro, el líder nacional, recibió la última presión para jalar por la causa que ya se podría denominar: aquí seguimos progresando.
Medios nacionales como Televisa y TV Azteca reciben los mayores recursos para la proyección de la causa morenovallista. Los locales deben bajarle a su juego con Blanca Alcalá, aunque algunos dueños ya juegan la doble pista. Hay fotos que los delatan.
A otros les han planteado su libertad y congelar procesos judiciales a cambio de sumisión.
Los exgobernadores Mariano Piña Olaya (Juan Pablo Piña, diputado federal, y Patricia Kurzcyn, comisionada de transparencia) y Melquiades Morales Flores (David Villanueva, auditor; Fernando Morales, subsecretario de Gobierno; Verónica Morales Alfaro, presidenta de los Notarios; Juan Pablo Mirón, consejero electoral y hermano de su yerno) no les queda más que agradecer los detallitos.
Jesús Morales, el hermano, pues tiene al hijo también de director de Protección Civil.
Ediles priistas se han sumado, a través de dos agrupaciones: la red de alcaldes por la Salud y Organización Democrática de Alcaldes de Puebla. Se estima que 70 presidentes municipales, emanados del PRI, saben que formar parte de estas entidades es para promover la candidatura de Tony Gali.
Los rectores de la BUAP, Alfonso Esparza; de la UDLAP, Ernesto Derbez; de la Anáhuac, José Mata Temoltzin, quien en 2014 validó la teoría del cohetón para encubrir el asesinato de un niño en Chalchihuapan.
La estructura del poder judicial está al servicio. Se ratificó a Flores Toledano; en el Congreso tiene la coordinación con Jorge Aguilar Chedraui. Los organismos empresariales, los contratistas que empezarán a cobrar lo invertido en el séptimo año deberán aplicarse en el sexto para garantizar sus acuerdos y primeros cobros anuales.
Dinero, estructura, red de espionaje, infiltración y conocimiento de lo que hacen los opositores al régimen, gracias a los compromisos contraídos por 5 años.
Derechos Humanos, Caip, Ople, Tribunal Electoral, Fiscalía del Estado y otras instancias más para que le quede claro al PRI y su candidata que no será fácil arrebatarle el poder y desmantelar la red de intereses creados.
SIN AUTOCRÍTICA
Algunos problemas tiene esta estrategia.
Para empezar, en el 2010 se combatía al tirano y se prometió castigar sus corruptelas. Salvo el secretario de Salud marinista, Alfredo Arango, nadie más pisó la cárcel.
Hoy no hay villano favorito enfrente, porque no se le ha querido enseñar el espejo.
Ahora se quiere retener el poder, porque como dice Lozano “defenderemos lo nuestro”. Se pierde de vista que Moreno Valle aglutinó más voluntades en el 2010, porque prometió el cambio que hoy no se planteó.
Se confunde cambio con continuidad. Se quiere hacer creer que el pasado priista fue más corrupto, impune y atrasado que el presente morenovallista.
Se olvida el desgaste de la figura del gobernador.
Nadie le plantea un escenario de autocrítica. Se cree que miedo es sinónimo de lealtad. A Moreno Valle tampoco le cuajó volverse en el aglutinador de la alianza patriótica contra López Obrador.
Su operador de medios, Marcelo García Almaguer, filtra a periodistas nacionales ataques contra Agustín Basave, Luis Miguel Barbosa, Ricardo Anaya, Felipe Calderón y va a decirle: mira, Rafa, ellos también dicen lo que te hemos dicho ya. De risa.
Claro, ya para eso, Javier Lozano ponderó el twitter al periodista que ellos mismos nutren de fobias.
En 2010 Puebla estaba Unida contra Marín, en el 2016 la situación es similar contra el góber.
Las últimas mediciones revelan que la caída raya en niveles de desaprobación en un año electoral.
Y ahora le quieren poner rostro al enemigo: Manlio Fabio Beltrones es el culpable de todo, porque le tiene envidia.
Por favor, reaccionen, Blanca Alcalá es una decisión de Peña Nieto, financiada por Luis Videgaray, supervisada políticamente por Miguel Ángel Osorio Chong, asesorada por Rosario Robles y operada por Beltrones.
Eso augura un choque de estructuras en Puebla.
COORDINACIÓN COLEGIADA
Para evitar sorpresas e involucrar a todo el equipo compacto se creará una coordinación colegiada de campaña de Tony Gali, donde la última palabra la tendrá el gobernador.
La supervisarán, por supuesto el candidato, el secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco; la secretaria general del PAN y esposa, Martha Érika Alonso; el operador del góber en el PAN, Eukid Castañón; Tony Gali López, hijo del abanderado; el coordinador de los diputados panistas, Jorge Aguilar Chedraui; Fernando Morales y David Villanueva, para la supervisión de ediles; y el jefe del gabinete, Roberto Moya; el edil sustituto, Luis Bank; y de vocero, Max Cortázar.
Sí cambió el escenario, pero perder Casa Puebla es un asunto más de orgullo que de estrategia de supervivencia.
Por los tonos, habrá madrazos.
La estructura de Peña contra la estructura de Moreno Valle.
Así lo decidieron, así lo pagaremos los poblanos cuando se tengan que recoger los vidrios rotos.
Imagino, en palabras de los duros, los titulares de los medios nacionales en junio del 2016: Moreno Valle presidenciable; hasta Peña Nieto mordió su polvo.
Las cartas están echadas.
Y dicen los duros no hay vuelta atrás.
Falta nada más esperar al registro final de candidatos, porque en Los Pinos ajustarán las riendas en otros partidos para la pulverización del voto, real propósito de desmantelar la coalición morenovallista, a efecto de dar el primer golpe de campaña directo y a la cabeza.
