Por Alejandro Mondragón
¿Soltará Ricardo Anaya Puebla?
La pregunta no tiene desperdicio porque el líder nacional del PAN se rehúsa a entregar Tlaxcala a la izquierda.
Existen dos razones.
La pública: Adriana Dávila, la senadora, encabeza las preferencias electorales, además de que goza del respaldo absoluto de Margarita Zavala.
La privada: Anaya trae ya su propio juego.
Fuentes del CEN del PRI revelan la existencia de acuerdos con el joven dirigente para que el CEN del PAN suelte Puebla.
Está claro que se ha complicado la operación nacional de las alianzas PAN y PRD para la entidad en este año.
Existen agravios de varias corrientes perredistas hacia al góber poblano. No sólo las expresiones de Barbosa y Bautista se sienten lastimadas, también se encuentra la de Bejarano. No cumple acuerdos, es la constante.
Lo cierto es que ningún líder de las expresiones del sol azteca renuentes a la alianza poblana se quiere sentar con el mandatario.
Ante el fracaso de Luis Maldonado, envió a Diódoro Carrasco, su secretario general de Gobierno. Tampoco pudo.
El propio Agustín Basave no se ha querido reunir con Moreno Valle.
Por eso, Antonio Gali Fayad ha tenido que asumir personalmente las negociaciones.
Todos están de acuerdo en la liberación de presos políticos en Puebla, pero ceder a la petición perredista sería el reconocimiento de la existencia de perseguidos y, con ello, habría un alto costo para la imagen del mandatario.
Gali insiste en ablandar el tema de los detenidos, pero Moreno Valle no se quiere mover, sólo darles promesas, cheques al porvenir, a los grupos poblanos, a través de reuniones con Diódoro Carrasco.
Del otro lado, Anaya tampoco quiere ceder Tlaxcala para fortalecer la alianza morenovallista.
Ricardo Anaya trae acuerdos cupulares, al margen de Moreno Valle. Con el PRI es simple: soltar Puebla a cambio de otras cosas. El clavo al que se sostiene es precisamente Tlaxcala.
El único grupo perredista con el que tiene acuerdos el morenovallismo es el de Los Chuchos, pero estos ya perdieron el control del partido, por más que Guadalupe Acosta Naranjo reporte todo a Puebla.
Tan es así que la alianza en la entidad se volverá a analizar hasta después de la elección en Colima, donde anda acuartelado Anaya.
