Pocos menús para desayunar son tan variados y atractivos como los del Chilaquilísimo.
Bajo una nueva visión, comienza una etapa diferente en la vida de este restaurante que desde las 8:30 am, se prepara para recibir a sus comensales y darles la mejor atención y sabor en lo que son su especialidad: los desayunos.
La singularidad de la casa son los chilaquiles, de los que hay un amplio menú: rojos, verdes, chipotle, rajas, mole, árabes, chorizo, molito verde y la invención de la casa, el Neptuno, junto con la novedosa especialidad del mes, como un plus a la variedad de la comida.
Para quienes no gustan de chilaquiles, existe un menú ‘antichilaquiles’, que consta de omelettes (llama la atención el de carne árabe), huevos preparados en diversas formas (sobresalen los Huevos Tenochtitlan y los huevos con mole poblano) y lo dulce, como fruta y los ‘chilacakes’, que son los típicos panqueques con miel maple o mermelada.
Se recomienda ampliamente el omelette supremo ($60 en paquete), relleno de queso y salsa de pico de gallo, acompañado con frijoles: deliciosos, además de que son presentados en una vasta cantidad. Asimismo, pruebe usted los chilaquiles verdes ($60 en paquete) con cecina natural, le van a encantar.
Si no es muy comelón o ese día no tiene mucha hambre, en todo el menú hay la opción de pedir media orden y si además de su plato fuerte desea el típico jugo y café para acompañar, puede pedir sus alimentos en paquete. A diferencia de otros lugares, el paquete trae el jugo en tamaño grande -no sólo un vasito insuficiente- y refill de café.
Además, hay menú para ‘peques’ que ofrece mini molletes, mini omelettes, chilakekas (quesadillas) y chilapizza, para hacerlo más sabroso y divertido. Eso sí, si está a dieta, no hay mucha opción de alimentos light. A este lugar, sin duda, se acude a disfrutar.
Ubicado en la 9 sur 4901 Local 1 en Prados Agua Azul, Chilaquilísimo es una excelente opción para desayunar o almorzar: fácil estacionamiento, un sazón incomparable, buen servicio y precios bajos en un ambiente muy iluminado y acogedor. ¿Qué más puede pedir?
