SEGUNDA DE TRES PARTES
Desde que Paco Fraile fuera presidente del CDE del PAN en Puebla, él y su equipo más cercano formaron las estructuras de su partido en el interior del estado. Cuando Ana Tere lo presidió, ambos caminaban de la mano y la operación fue conjunta aunque se manifestaban ya serias rivalidades entre ambos personajes que disputaban frecuentemente por los más diversos motivos.
No debemos olvidar que Paco presidió al PAN por 8 años y Ana Tere con mucho más éxito, por 3.
A la llegada de Ángel Alonso a la presidencia en 1998 y después de que aprovechando su inexperiencia, Ana Tere se quedara como candidata a la gubernatura, el control del partido por parte del que desde entonces se conoce como Fraile´s Power fue suficientemente fuerte para que los panistas que quisieran ocupar una posición tuvieran que alinearse con ellos para tener posibilidades de éxito dentro de su partido, pues al exterior, en elecciones constitucionales, los señoritos de la política, como los llamaba Bartlett, no ganaban una.
Nada más hay que recordar el 15-0 de 1997 y la barrida que les dio en 1998.
Para el año 1999 las diferencias entre Paco y Ana Tere eran inocultables, los dos ansiaban ser senadores de la República y las circunstancias indicaban que sólo había lugar para uno: El que ocupara el primer lugar en la fórmula de su partido, que con seguridad resultaría la primera minoría en nuestro estado.
Durante su campaña por la gubernatura, que Ana Tere sabía que no iba a ganar, se dedicó a montar la estructura que le permitiría alcanzar la senaduría, mientras Paco usaba de la estructura y los recursos del partido para el mismo fin y desde luego con la complicidad de Ángel Alonso.
Después de una cruda batalla en la que se vio de todo, sí de todo por ambos bandos, se sabe que el ganador fue Francisco Fraile García y que con este triunfo consolidó su control sobre el PAN poblano.
Mientras, el primero de los amigos de Fox en Puebla, Luis Paredes trataba de conjuntar a los grupos panistas en nuestro estado y en los de Oaxaca, Veracruz y Tlaxcala para hacer de Vicente el candidato de su partido a la presidencia de la República, porque él sí ganaría a pesar de los custodios del partido, decía Luis ante la mirada atónita de un Ángel Alonso que no tenía previsto algo de esa naturaleza. Había un nuevo actor en su teatro de operaciones uno que le daría muchos dolores de cabeza ya lo veía venir.
Ana Tere, derrotada, no bajó la guardia, luchó denodadamente por conservar su influencia en el partido, se volcó a organizar al ejército electoral que habría de concretar la victoria de Fox en nuestro estado. Ya entonces Ana Tere y Luis operaban juntos incorporando a multitud de personas al cuidado de casillas con el rechazo de Ángel, que desconfiaba de todas esas personas que “algún malsano interés tendrían” y por ello era que cooperaban en esa tarea.
Como se supo, Fox ganó y aunque los primeros informes señalaban como ganadores a Paco y a Ana Tere por 11,000 votos de diferencia, Ángel Alonso, presidente en turno del CDE no defendió el triunfo de la fórmula de su partido y fueron senadores por mayoría el difunto Rafael Cañedo Benítez y Germán Sierra Sánchez y como primera minoría Francisco Fraile García.
ENEMIGOS YA NO OCULTOS
Ana Tere quedaba de lado y se pretendía con ello anular su influencia en el estado sin pensar que un personaje como ella difícilmente sería desaprovechado por el incipiente gobierno federal panista, como luego se confirmó cuando fue nombrada directora nacional del DIF para retornar fortalecida a la política estatal.
Sin embargo, enfrentó problemas que todavía prevalecen con la antes titular de Sedesol y hoy en la SEP: Josefina Vázquez Mota.
Apenas había transcurrido el primer año del sexenio de Vicente Fox Quesada cuando Josefina Vázquez Mota, secretaria de Desarrollo Social, pidió la intervención de Martha Sahagún.
La funcionaria federal estaba harta del activismo de Ana Teresa Aranda de Orea, directora nacional del DIF, cuya dependencia orgánica se localizaba precisamente en la Sedesol.
“No me hace caso”, se quejó Vázquez Mota.
La entonces titular de Sedesol exigió la cabeza de Anatere, previa consulta con Martha Sahagún.
Todo estaba listo para que dejara esa posición cuando desde el Comité Ejecutivo Nacional del PAN llegó el mensaje: El DIF es posición del partido.
El líder panista en el Senado, Diego Fernández de Cevallos, intervino para advertir a Vázquez Mota que Anatere era inamovible.
En realidad, Vázquez Mota fue alertada sobre el protagonismo de Anatere nada menos que por personajes afines a la Organización.
El principal reducto de El Yunque en el gobierno federal se localiza en la Sedesol, donde se maneja presupuesto y personal para operar en las comunidades.
En esta lógica se entiende lo que ha ocurrido en las últimas horas.
LAS PRESIONES
Ana Teresa Aranda de Orea tenía amarrada ya la Secretaría de Desarrollo Social ante la salida de Vázquez Mota para integrarse a la campaña de Felipe Calderón Hinojosa.
Sin embargo, la presión se desató contra Anatere por dos vías.
1.- Josefina Vázquez Mota, quien la considera una adversaria política peligrosa ante su cercanía con Felipe Calderón Hinojosa y las desavenencias que enfrentó con la Doña desde el DIF. La funcionaria federal pretende construir su coto de poder desde la campaña panista.
2.- El Yunque. La Organización a través de Ramón Muñoz y Carlos Abascal Carranza, director de Innovación Gubernamental y secretario de Gobernación, empezaron a filtrar que la Doña carece de la capacidad técnica y administrativa para tal responsabilidad. En realidad, ambos personajes cercanísimos a Fox pretende salvaguardar el patrimonio yunquista de la Sedesol. Anatere sin duda congelaría los privilegios para los operadores de la Organización.
Y es que la Organización ya se vio la tiene vetada.
¿Alguien lo dudaba?.
Eso quedó ratificado con su derrota por la candidatura a la alcaldía frente a Antonio Sánchez Díaz de Rivera, pero todavía falta más.
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