Por Alejandro Mondragón
Prepararse por si se pierde, así se perfila el final del sexenio en la elaboración de los cierres financieros, administrativos y políticos.
Los cambios en el gabinete tomaron esa ruta.
Se podrá ordenar todo, pero si se incurrieron en irregularidades o fallas, éstas no se podrán borrar ni mucho menos desaparecer.
En esa lógica se explica que el cierre sexenal recaerá en dos personajes nada más: Roberto Moya (administración y obra pública) y Luis Maldonado (seguridad y política).
El primero como jefe del gabinete y el segundo quizá como secretario general de Gobierno.
En la primera vertiente destaca la llegada de Alejandro Torres Palmer, como responsable de los llamados Libros Blancos. Trabajó en el sexenio de Vicente Fox en la Secretaría de la Función Pública y ya se encargaba del proceso de entrega-recepción en Finanzas y Administración.
Es presidente de Servicios Integrales en Administración de Contratos SC y se le considera un experto en dejar bien blanco cualquier expediente manchado. Gana millones en su despacho.
Otro que aparece detrás del cierre en seguridad y política es Alejandro Gertz Manero, ex secretario de Seguridad Pública con Vicente Fox y amigo de Luis Maldonado Venegas.
Ellos recomendaron a Puebla a Jesús Rodríguez Almeida como titular de la Secretaría de Seguridad Pública en lugar del inefable Facundo Rosas.
Precisamente los jefes de los últimos titular de la SSP en Puebla están peleados. Genaro García Luna siempre acusó a Gertz Manero de ser responsable de la primera fuga del Chapo Guzmán en el arranque del sexenio de Vicente Fox, porque desmanteló los sistemas de vigilancia y protocolos en los penales de máxima seguridad.
Gertz y Maldonado escribieron un libro juntos:
“Seguridad y Justicia, Sí se puede y Democracia Real y Poder Ciudadano”.
Hoy, el eje de todas las decisiones políticas del gobernador es Maldonado, lo que explica la campaña abortista de las candidaturas ciudadanas.
Gertz Manero es un personaje ligado a la masonería de derecha.
