A través de una serie de reuniones celebradas en la capital del estado, en la que participaron los hermanos Carlos Hugo y Jesús López Chargoy, además de funcionarios de alto nivel de la representación para América Latina de Wasserman, se puso sobre la mesa la oferta de inyectarle a la franquicia 2 millones de dólares anuales, por un lapso de 10 años, mediante el esquema de conseguir patrocinadores de primer nivel para el nuevo estadio de Puebla y el desarrollo de una nueva y agresiva estrategia de marketing, que pretendía amarrar a importantes marcas internacionales cuyos logos aparecerían en el uniforme y ropa de entrenamiento.
La obtención de recursos frescos que le permitiera al equipo tener la certeza financiera para planear a mediano plazo un esquema de fortalecimiento en lo deportivo y ser más competitivo, para los enormes problemas de descenso que enfrenta el club, era el equivalente a sacarse la lotería.
No, de acuerdo a la lógica de los López Chargoy. Su negativa fue contundente y no mostraron el mínimo interés de afinar detalles para continuar con las negociaciones.
Vale la pena destacar que los acercamientos se dieron porque Wasserman es la empresa representante del futbolista norteamericano Da Marcus Beasley y quería saber por qué el club le debía al jugador, al cierre del 2014, 200 mil dólares de sueldo y a la par, determinar una estrategia para la recuperación de ese dinero.
En este asunto tuvo que intervenir directamente la Federación Mexicana de Futbol, quien consiguió las garantías necesarias para asegurar el pago, lo que le permitió a Beasley contratarse con el Dynamo de Houston de la liga estadounidense.
Wasserman Media Group está considerada por la revista Forbes como la cuarta empresa de mayor importancia en todo el mundo en el manejo de atletas, figuras del entretenimiento, consultoría corporativa, estrategias de marketing y negociaciones de derechos de transmisión de todo tipo de eventos.
Maneja las carreras deportivas de más de 400 figuras en el basquetbol y beisbol, cerrando contratos con valor de 2 mil millones de dólares en estos deportes.
En el caso del futbol soccer, opera igualmente cerca de 400 jugadores en la Premier League, La Liga española, La Serie A italiana, La Ligue 1 francesa, la Bundesliga alemana, la Erividisie holandesa y la Major League Soccer de los Estados Unidos.
Es más, Wasserman posee los derechos de las transmisiones por televisión, para América Latina, de los partidos del Barcelona y el Manchester United.
El apoyo de este grupo hubiera sido importantísimo para el equipo poblano.
Sobre todo porque la eterna excusa que dan los directivos, para explicar la eterna falta de resultados en lo deportivo, tiene que ver con la falta de una fuente constante de ingresos que les permita planear a largo plazo.
La alianza con Wasserman hubiera resuelto lo anterior.
Sin embargo, la postura de los López Chargoy nos deja ver que tal vez ese problema lo tengan ya resuelto y que su aparente tranquilidad responde a su cercanía con el gobierno del estado.
No descarte que el tema del descenso haya sido de antemano presupuestado y que desde finales de 2014 se hayan amarrado las condiciones para garantizar la continuidad del futbol de primera división en Puebla, teniendo como escenario el flamante y costosísimo nuevo estadio.
El enroque de franquicias más probable es el siguiente: que los López Chargoy se traigan a sus Jaguares de Chiapas a Puebla y que Manuel Velasco aproveche sus inmejorables relaciones con Televisión Azteca y logre que el Morelia se convierta en el nuevo equipo de su estadio.
Para Moreno Valle y Velasco sería un auténtico suicidio político que las entidades que gobiernan se quedaran sin el espectáculo masivo favorito de las mayorías.
¿Quién dice que futbol y política no caminan siempre de la mano?