Comparto con usted esta historia para que, en caso de ser cliente de GNP, ponga sus barbas a remojar.
La familia Sobero Ponce de León, por más de 14 años, pagó un seguro de gastos médicos mayores con esta empresa.
El seguro cubría a la señora María Eugenia, recientemente fallecida.
En sus ultimas semanas de vida requirió atención médica especializada de acuerdo a la gravedad de su enfermedad.
“Trombo Embolia Pulmonar Aguda”- fue el diagnóstico médico.
Se trata de un padecimiento que produce la muerte de quien lo sufre en un período no mayor a 8 meses.
Los casos más atípicos -los considerados como auténticos “milagros”- son en donde el paciente llega a vivir un año.
El viacrucis comenzó al momento de requerirle a la empresa que cubriera con los gastos de hospitalización.
Las largas, los pretextos y las promesas incumplidas fueron la constante.
Confiados en estar amparados por la aseguradora, en los últimos días de vida de la señora María Eugenia, la familia pagó la cuenta del hospital para que ella pudiera morir en casa.
El mismo día en que salió del hospital, Enrique Baca, Subdirector de la zona centro de la aseguradora envió un mensaje de certidumbre vía Whats –App: “con la confianza que esta autorizada tu póliza, paga y tramitamos el reembolso”.
Sin embargo, la promesa realizada jamás se cumplió.
Después de semanas de insistencia vino el tramposo dictamen de GNP, realizado por un médico general, la doctora Judith Sánchez, quien determinó sin mayor análisis que ya existía un padecimiento pre-existente y que por eso la empresa se negaba a pagar.
Según ella, la enfermedad existía desde hace más de 14 años, cuando en los hechos resulta imposible que alguien pueda vivir con ese cuadro clínico por tanto tiempo.
Además de la negativa, la doctora acusó a la hoy occisa de haber actuado “con dolo y mala fe” por tener un “padecimiento anterior a la inclusión a la póliza”.
Este punto, por cierto, jamás fue un obstáculo para que GNP cobrara durante ese período de tiempo una cantidad superior a los 800 mil pesos.
Esta conclusión fue avalada dos semanas después por Luis Felipe Hermoso, Director de la Agencia 414 de Grupo Nacional Provincial, quien de manera voluntaria se ofreció a intervenir en el caso y encontrar una solución.
Conclusión: pagar 14 años una póliza de gastos médicos con GNP, no sirvió para nada.
El tema, subido a redes sociales a través de las cuentas en Facebook y Twitter de Alfonso Sobero, generó no solo indignación generalizada, sino que sirvió para que otros usuarios de redes sociales expusieran sus casos particulares.
Llama la atención la enorme cantidad de poblanos que se encuentran en una situación similar.
Han enfrentado severos problemas para el cobro de sus pólizas en GNP o la negativa absoluta por parte de la aseguradora de cumplir con lo estipulado en el contrato.
¿Y la Condusef?
Ante la cantidad y gravedad de los casos urge una intervención directa de esta instancia, en teoría encargada de vigilar que abusos como estos no se den.
No se olvide que el fraude en México ha llegado ya a niveles endémicos.
Casos y casos se dan en el mundo de los negocios, de las instituciones financieras y ahora lo sabemos, también en el de las aseguradoras.
¿Pero qué tal a la hora de cobrar?
¿Dónde queda ese mundo color de rosa que mentirosamente le vende un “asesor” para convencerlo de que compre una póliza?
Tome muy en cuenta esta historia, antes de elegir a su compañía de seguros.