El verdadero objetivo es explotar, en todo su potencial, las ventajas que supone tener un acceso directo a la Zona Libre de Colón, la zona franca más grande del continente americano y la segunda de mayor tamaño en todo el mundo.
Este territorio autónomo, ubicado en la entrada del Canal de Panamá, ofrece beneficios tributarios enormes y es considerada como uno de los grandes “paraísos fiscales” del planeta.
Lo anterior, sin duda, será una ventaja competitiva para empresarios formales que desean ampliar sus rutas de mercado.
Pero sobre, todo, hay que decirlo, se trata también de condiciones muy favorables para los oscuros negocios ilícitos que se planean y operan desde el poder político.
Así es, prestanombres de poderosos y personajes considerados como los “consentidos” de la cúpula gobernante, podrán explotar al máximo semejante oasis de oportunidades.
Las posibilidades son prácticamente ilimitadas:
Desde el transporte impune de dinero en efectivo, hasta el mercado negro de textiles, joyas y piedras preciosas.
Piénselo por un momento.
Con una aduana tan laxa como la poblana -controlada absolutamente por el gobierno estatal a pesar de ser una instancia federal-, el potencial valor de los negocios a realizar es multimillonario.
Nada mal en una coyuntura en donde urgen fuentes para financiar una campaña presidencial.
Ahora bien, el grupo que hoy controla el estado tiene ya experiencia en la realización de programas pensados, en teoría, para detonar económicamente la zona.
El hoy gobernador, Rafael Moreno Valle, como Secretario de Finanzas en el sexenio de Melquiades Flores participó en la creación del famoso Plan Puebla-Panamá presentado con bombo y platillo por el presidente Vicente Fox en el 2001.
Los supuestos beneficios que en el discurso se supone se generarían, jamás se convirtieron en hechos concretos.
Sin embargo, en lo individual, algunos poblanos aprovecharon lo anterior para realizar negocios personales.
Fue el caso de Fernando Morales Martínez, hijo del ex gobernador poblano, quien a partir de los beneficios del tratado, pudo inclusive establecer una relación de amistad personal con el entonces presidente Martín Torrijos Espino.
Empresas multisectoriales, universidades e instituciones de educación superior en donde el hoy ex rector Enrique Agüera también tuvo una participación accionaria, son apenas modestos ejemplos.
Nada comparado con lo que se hará de ahora en adelante.