22-11-2024 03:00:12 PM

Fin a la estabilidad de la #BUAP; duró 25 años

alpor12

Los otros antecesores de El Tío Poncho, Enrique Doger Guerrero y Enrique Agüera Ibáñez, nunca negaron su cercanía y respaldo de los gobernadores en turno, pero jamás cayeron en la sumisión.

Los mandatarios sabían que al interior de la BUAP siempre el límite no era otra cosa más que el respeto de la autonomía universitaria y su forma de gobierno.

Doger Corte, Doger Guerrero y Agüera Ibáñez siempre trataban con el inquilino de Casa Puebla de manera directa, pero jamás con un tercero.

En la BUAP de Alfonso Esparza cualquier secretario, subsecretario, diputado o hasta el Auditor del Estado ordenan, amenazan, zapean al rector de la máxima casa de estudios.

Se perdió pues la estabilidad universitaria que duró 25 años. Se cerró el círculo de la paz para entrar en la ingobernabilidad.

Los estudiantes tomaron, como en los viejos tiempos, las calles con los excesos en muchos casos que se notarán: pintas en paredes, toma de camiones y hasta algunos desmanes.

Eso es precisamente lo que se quiere y que parece que la arrogancia del gobierno y el sometimiento de rectoría no alcanzan a ver.

La mano dura frente a estudiantes que ya no quieren a su rector y acusan autoritarismo con represión. El coctel ideal para exhibir a un presidenciable.

Esparza nunca entendió que la inteligencia y operación política dentro de la BUAP respondía a detectar potenciales inconformidades para conservar la estabilidad interna, pero como él sólo acata, su burbuja todo lo mira desde la perspectiva color de rosa.

La operación política quedó en manos del secretario general de la universidad, prestanombre de Enrique Agüera, René Valdivieso con sus porros Dimas Chávez y Rufino Márquez, quienes se la pasan amenazando a todo aquel que disiente, lo que se refleja en el auténtico desmadre en que se ha convertido la elección del nuevo Consejo Universitario.

En la operación universitaria, todo está en manos de Las Ángeles del Tío Poncho:

¿Quiénes son?

Laura Quintana Roo figura como coordinadora administrativa de la rectoría de la BUAP. Con derecho de picaporte permanente en la oficina de Alfonso. Ella anda con Esparza desde que coincidieron en la Facultad de Contaduría de la BUAP, de ahí se integró a su despacho para finalmente acompañarlo como tesorero y ahora como el sucesor de Agüera.

La señora, cuentan universitarios, es el poder tras el trono. Nada se hace sin su autorización.

Después figura en el tema de la comunicación Isabel Hermoso, define línea editorial de la institución. La señora necesita una dosis de realidad y dejar de hacer pucheros cada que se critica a su rector.

Es “La Doña”, como se le conoce en los círculos de la BUAP.

Le sigue Fernanda Alvarado López, ex funcionaria marinista (trabajó en la Secretaría del Trabajo con Pericles Olivares), ex nuera de Alfredo Arango, secretario de Salud, quien estuvo preso por presuntos malos manejos, ahora en libertad.

Alvarado es la Coordinadora de Comercio Exterior y Proyectos Internacionales, quien, aunque cerró su cuenta en redes sociales, aparece siempre presumiendo sus viajes.

Ella es la que asegura manejar las palabras del rector, pues revisa su línea discursiva. Cree ser la favorita.

Norma Castorena es otra de las sobrinas del Tío Poncho. Presume siempre fotos en actos con el rector y formó parte del movimiento universitario de Esparza.

Por su puesto, no puede falta Susana Hernández, a quien el rector presenta como su sobrina y tiene a su cargo la Dirección Administrativa de Servicios Universitarios, instancia que opera la seguridad en los campus de la BUAP, todo un desastre que ya documenté.

alportador

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