Eso será lo trascendente, más allá del tema de las plurinominales.
Al menos 120 distritos ganados en las urnas es la apuesta en el 2015 que incluye controlar candidaturas en el CEN a través de su principal operador Eukid Castañón, quien como fantasma no aparece en el directorio partidista, pero de todo se entera e influye en la burbuja de Ricardo Anaya y José Isabel Trejo.
La comunicación blanquiazul se unifica en la estrategia de la manipulación propagandística a la que tan afecto es Marcelo García Almaguer, quien reclutó a su ejército de bots y troles en redes sociales, así como plumas azules. Empezó ya la campaña de golpeteo contra Peña Nieto.
Ocho estados estarán bajo la responsabilidad directa del morenovallista: Puebla, Jalisco, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Veracruz y Querétaro.
Y mantendrá supervisión en Baja California Sur, Sonora (con su nuevo aliado Guillermo Padrés) y Chihuahua (coasociado a Gustavo Madero).
El morenovallismo formará parte de las estrategias electorales en los comicios locales de Nuevo León con Margarita Arellanes y Michoacán con Cocoa Calderón, con quien mantienen una relación desde la pasada elección en la que perdió la hermana del ex presidente Felipe Calderón.
Fuentes azules revelan que incluso se recompone la relación rota con Felipe Calderón, pues además uno de los principales operadores del ex presidente, Max Cortázar, se integra al gabinete de Moreno Valle. El erario poblano para acuerdos panistas 2018.
Tras la cancelación de la alianza con el PRD, cuando ya estaba prácticamente amarrada, el morenovallismo ajustó su estrategia aliancista para atrincherarse en el PAN y Puebla.
Es la carta de presentación que necesita Moreno Valle para demostrar que con dinero, estrategia y huevos se puede ganar en el 2018.
Claro, un traspié sería doloroso en las aspiraciones del mandatario poblano.
Si gana, nadie lo para.
Por supuesto, Moreno Valle pretende así posicionarse en el ánimo nacional, como la única carta real del blanquiazul para el 2018.
Que le sigan mandando dinero Peña Nieto y Luis Videgaray, creyendo que él le levantará la mano al candidato peñista.