Ya está listo un grueso expediente de tipo legal que se utilizará para llevar a Reyes Bocardo a la cárcel, una vez que amaine la tormenta mediática en contra del mandatario estatal, detonada por el asesinato de José Luis Tehuatlie Tamayo.
El transportista se ha convertido en un auténtico obstáculo para la Secretaría de Transporte para echar a andar la segunda troncal del llamado Metrobús.
En reiteradas ocasiones ha acusado a las autoridades estatales de mentirle a los transportistas que operan las rutas que dan el servicio sobre la 11 Norte-Sur, en términos de los supuestos beneficios que recibirían con el nuevo modelo.
Denunció también que buena parte del fracaso de la línea 1 de RUTA se debió a que el gobierno estatal, a través del sistema de prepago, se llevaba las ganancias que en teoría tendrían que ir a parar a manos de los concesionarios y que el modelo para operar la línea 2 es idéntico al primero, que ya se demostró que no era viable desde el punto de vista financiero.
El encarcelamiento de Delfino Reyes sería el primer paso para tomar el control de las organizaciones que operan las concesiones sobre la 11 y, por lo tanto, la eliminación absoluta de los opositores al proyecto.
En el tema hay también un trasfondo político.
Delfino fue descaradamente beneficiado en el sexenio de Mario Marín.
El incremento de un peso a la tarifa del transporte público, una estación de transferencia ahora abandonada que funciona como corralón privado de la ruta Agua Azul-Mayorazgo y más de 100 concesiones que representan el 70 por ciento de las rutas que circulan al sur de la capital, fue el botín que le heredó el ex gobernador priista.
La estación de transferencia, construida con recursos públicos, debió ser retirada del manejo de Reyes Bocardo y licitarla a quien pudiera poner en marcha la ruta troncal para la cual se diseñaron paraderos especiales a lo largo de la 11 Norte-Sur.
Éste fue uno de los temas principales que en materia de transporte público surgió en el período de entrega-recepción de la administración pública estatal en el segundo semestre de 2010.
El morenovallismo supo en ese entonces de las irregularidades, pero decidió no actuar al inicio de esta administración; prefirió seguir recabando información comprometedora y engordar el expediente para utilizarlo en el momento adecuado.
Ese momento perfecto se dio a principios de julio.
Sin embargo, el caso Chalchihuapan modificó el plan original.
En el contexto actual, el encarcelamiento de otro opositor a una política oficial dictada por el gobierno del estado sería un suicidio en términos de imagen pública.
Tendrán que esperar mejores tiempos para operar este nuevo ajuste de cuentas o buscar algún método alternativo para “convencer” a Reyes Bocardo y los concesionarios que controla de sumarse al proyecto
La línea 2 de RUTA significa cientos de millones de inversión y se ha convertido en un símbolo la terquedad de no recular a pesar de que el primer experimento resultó en los hechos un rotundo fracaso.
Recuerde la máxima del sexenio: “este gobierno jamás se equivoca”.
