Llegará a Lomas de Angelópolis y caminará hasta notar que la barda del último fraccionamiento ya colinda con San Bernardino Chalchihuapan, donde hay terrenos apetitosos para la expansión de más residencias.
Por eso, se crean las leyes de expropiación y despojo para empresas, avaladas por el Congreso del Estado con el voto del PRI, partido al que pertenecen los Piña.
El ex gobernador incluso se pasea en los restaurantes de moda de la zona metropolitana de la Angelópolis para dejarse ver, aunque en realidad es ignorado.
En el arranque de la temporada de los chiles en nogada, ante un restaurante como El Sombrero a reventar, la figura de Mariano Piña Olaya, acompañado de su esposa Patricia Kurzcyn, se perdía entre una multitud. Nadie lo saludó, comió y se fue.
Así terminan los gobernadores que se pasan de lanza con su pueblo: ignorados y solos.
Pero Piña Olaya está de vuelta. Sus intereses económicos salvaguardados por el morenovallismo.
Hoy con la designación de Juan Pablo Piña Kurzcyn como responsable de la Oficina del Gobernador tienen derecho de picaporte.
Esos intereses ven en Juan Pablo al caballo negro para la gubernatura 2016 o 2018 ante la cada vez menos viable candidatura de Cabalán Macari.
Las familias que florecieron sus negocios con el piñaolayismo, ahora fortalecen su presencia en el morenovallismo.
Los Alonso, Los Cué, Los Migoya, Los Pandal, Los Posada y detrás de ellos Kamel Nacif Borge.
Medios de comunicación, agencias de autos, transporte, ONG´s, restaurantes y bienes raíces, ligados al negocio de las telas.
Juan Pablo Piña es yerno de Rafael Posada Cueto, dueño de Lomas de Angelópolis, asociado con Miguel Quirós Pérez. Hoy los une además Chalchihuapan. Pareciera que el funcionario cuida los intereses expansionistas del suegro en Casa Puebla.
Son los que se quedaron finalmente con el jugoso negocio de la expropiación de la zona en los tiempos de Piña Olaya.
Y si alguien permitió la alteración del decreto expropiatorio para que Lomas de Angelópolis y otros negocios se beneficiaran del desarrollo territorial no fue otro más que el arquitecto de este grupo: Federico Bautista Alonso, como secretario de Obras de Melquiades Morales.
Bautista avaló la construcción de nuevos fraccionamientos, negocios y la expansión de Lomas. Hoy Federico, socio de Florentino Alonso, cuñado de Moreno Valle, es el responsable de proyectos como el Museo Internacional Barroco; que estará, exacto, en la zona Atlixcáyotl.
El financiero del piñaolayismo es Kamel Nacif, quien por cierto jamás ha sido molestado en este sexenio. Bien raro.
Se repiten historias
En el sexenio actual levantaron al comunicador más influyente de la radio en Puebla.
Con Piña Olaya encajuelaron a Don Enrique Montero Ponce, una noche saliendo de su oficina.
Quien salvó al periodista fue el mayor José Ventura Rodríguez Verdín, quien era empleado del entonces gobernador y hoy lo mismo.
El mismo sometimiento de medios piñaolayista, hoy con el morenovallismo. Pobre de quien se salga del huacal.
