Tienen un pretexto: el niño muerto a manos de la fuerzas policiacas y después el Estado criminalizó a los pobladores y activistas sociales.
Precisamente ayer, el mandatario hizo un recorrido por las instalaciones de la BUAP. Moreno Valle prefirió platicar con el alcalde de Puebla. Esparza fue enviado a la orilla. La imagen es elocuente.
Moreno Valle no quiere a los universitarios en protestas que ya se organizan. Alfonso Esparza perdió los controles de grupos, pues ahora su club de sobrinas que tiene, sólo se encarga de todo lo que preocupe al rector, como el nudo de su corbata.
Un grupo de mujeres opera la institución, pero carece de las relaciones políticas y académicas para detectar alguna crisis y realizar inteligencia de corrientes políticas.
Eso explica entonces que la semana pasada se hayan dado dos acciones a favor del agüerismo. Revivirlo, pues.
Y es que el rector Esparza prefirió el mutis vacacional que emitir una postura de respaldo a quien no lo ha metido a la cárcel.
Antes de Chalchihuapan, el mensaje que tenía Agüera es que entre más lejos de Puebla sería mejor para él.
“Jamás se aprobarán tus cuentas, se acabaron los negocios y ni se te ocurra buscar una candidatura. Eres impresentable, Enrique”.
Después de Chalchihuapan, el mensaje que tiene Agüera es que entre más cerca esté de la BUAP será mejor para el gobernador.
Su cuenta pública 2013 se aprobó la semana pasada y Moreno Valle anunció que habrá un nuevo estadio de futbol para el equipo donde el ex rector tiene intereses económicos y además ganará mucho dinero con el Cuauhtémoc.
Un operador agüerista regresó desde hace unos días a Puebla.
Y es que la BUAP no tarda en moverse. Por definición, historia y tradición repudiará la represión morenovallista en Chalchihuapan.
Y ni Esparza ni sus sobrinas tienen la menor idea de cómo desactivar a los grupos.
Interesante movida morenovallista para la universidad.
Como el marinismo: a sobrevivir lo que resta del sexenio de las alianzas con los enemigos.
Nueva época, misma piel en la BUAP.
